Los jóvenes hacen caso omiso a los bulos y viven a lo grande el Martes Chico en el Valle de San...

Como cada año desde la creación del Martes Chico, el parque de la parte trasera del Valle de San Martín de Ciudad Rodrigo reunió en las horas centrales del día (últimas horas de la mañana y primera hora de la tarde) a un amplísimo grupo de jóvenes, para llevar a cabo el tradicional macrobotellón de este día.

La principal peculiaridad de la cita de este año es que el macrobotellón se ha desarrollado con 'normalidad', haciendo los jóvenes caso omiso a los mensajes que empezaron a correr durante el fin de semana por las redes sociales alertando de que este año iba a haber una 'especial vigilancia' de la zona por parte de las autoridades y que todos los que allí estuviesen iban a ser multados (así como todos los que hiciesen botellón en la muralla).

Más allá de que el botellón, de facto, está prohibido, esos mensajes concretos no eran más que bulos, y aunque no se puede precisar si ha llegado a haber algún joven o grupo de jóvenes que le han echado para atrás esos mensajes, lo cierto es que el parque del Valle de San Martín ha registrado el volumen de jóvenes habitual, incluso mayor si se compara con el Martes Chico del año pasado, cuando cayó el último día de julio.

Al tener lugar este año ya metido en agosto, ha favorecido la participación de más personas llegadas de fuera de Miróbriga que están pasando aquí las vacaciones. Al menos hasta la hora de realización de las fotografías (hasta las 15.10 horas, aproximadamente), el macrobotellón estaba teniendo lugar sin incidencias de ningún tipo, estando bien resguardados los jóvenes a la sombra de los árboles porque el calor era ciertamente agobiante.

Como es habitual, y como ocurrirá dentro de 7 días en el Martes Mayor, la ausencia de urinarios provocó que hubiese un peregrinaje continuo de jóvenes desde el entorno donde estaban reunidos hasta las cercanías de la vía del tren (transitando entre las pistas de tenis y el frontón descubierto) para miccionar por allí.