Los romeros regresan a la ciudad tras cuatro intensos días en buena armonía
Varias Hermanitas de los Ancianos Desamparados acompañaron a los romeros en sus últimos metros, en los que hubo una novedad
La Virgen Morena retornó en la tarde del lunes al núcleo urbano de Ciudad Rodrigo tras haber sido llevada en los últimos días hasta el Santuario del Risco Mariano por la Hermandad de Nuestra Señora de la Peña de Francia, cuyos romeros han peregrinado a pie, a caballo o en calesa durante cuatro intensas jornadas.
Según apuntaba en la tarde del lunes Verónica María Sastre, una de las caras visibles de la Hermandad, la Romería ha transcurrido un año más "muy bien, con buena armonía", cumpliendo los horarios con bastante puntualidad, y sin registrar ninguna incidencia grave, más allá de los típicos resbalones que pueden sufrir en un momento dado los caballos.
El gran temor de este año era el calor que podían sufrir tanto romeros como equinos teniendo en cuenta lo que anunciaban las previsiones meteorológicas, pero a la hora de la verdad, 'dentro de lo que cabe', la situación no ha sido tan extrema, existiendo algunos tramos de la Romería donde el cielo fue benévolo, como por ejemplo en la mañana del lunes, que amaneció con niebla.
El regreso de la Romería, que se produjo un poco antes de lo que era 'tradición' (el año pasado se adelantó la hora de vuelta para no coincidir con un partido de España en el Mundial de Fútbol y este año ha quedado ese mismo horario), tuvo un par de hechos significativos. Por un lado, al paso por la Glorieta del Árbol Gordo, se unieron a los romeros de forma espontánea varias integrantes de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados que habían acudido a ver el paso de la comitiva.
Por otro lado, los romeros, tras pasar por esa Glorieta del Árbol Gordo, tomaron la calle Santa Clara, pero no giraron posteriormente hacia la calle Rastrillo, sino hacia la calle Laguna, para enfilarse hacia el Convento de las Madres Carmelitas por la calle Lorenza Iglesias, pillando desprevenidas a unas cuantas personas que estaban esperando el paso de los romeros por la ruta de siempre (por ejemplo le ocurrió a un grupito que estaba a la puerta de una vivienda en la calle Santa Clara cerca de la calle Rastrillo).
Una vez a las puertas del Convento, la imagen de la Virgen fue descendida de su carreta y posada en el suelo para que todos los presentes rezasen una Salve en su honor. Tras una serie de vivas a la Virgen, a los romeros, a las Madres Carmelitas, y "a la Madre de Dios", varios romeros la acercaron a la Iglesia del Convento, donde las Hermanas Carmelitas estaban cantando en el momento de entrar.
Tras una última oración, se dio por finalizada la Romería, siendo turno para concluir para algunas fotos delante de la imagen de la Virgen, que será devuelta dentro de un par de semanas a la Ermita del Alto de Valhondo, donde permanece durante todo el año.