"Hay un descenso al centro del jardín o paraíso de Batuecas, que traza una tortuosa carretera, que, como ofidio, se enrosca, tuerce y retuerce, hasta llegar al río, al convento, a las pinturas rupestres..." (José Luis Puerto) / Foto de Ángeles Rebollo
Hay un descenso al centro del jardín o paraíso de Batuecas, que traza una tortuosa carretera, que, como ofidio, se enrosca, tuerce y retuerce, hasta llegar al río, al convento, a las pinturas rupestres, al mito de este jardín del que ya hablara, entre otros, el gran Lope de Vega.
El P. Juan Eusebio Nieremberg situó aquí el paraíso terrenal. No es extraño. Quien ha accedido a su centro sabe por qué. Hay un camino de las raíces, junto al río y el muro del convento, que nos lleva hacia la maravilla. ¡Luces del paraíso!
José Luis Puerto / Foto de Ángeles Rebollo