El torito de Valrubio embistió y acudió allí donde se le citó, dando varias vueltas al recorrido para disfrute de cientos de personas
Extraordinario juego el que Pepito, utrero jabonero de Valrubio, dio este domingo en Vitigudino como II Toro Fin de Corpus. El 'experimento' del año anterior realizado por la Asociación Taurina Villa de Vitigudino salió bien, pues el éxito del Toro fin de Corpus se repitió, tanto por la afluencia de público como por el juego que dio el 'torito' de Valrubio.
Antes que Pepito saltara a las calles se dio suelta a dos vaquillas para entrar en ambiente, así que el público que llenaba el recorrido, desde San Roque hasta la Plaza de España, estaba ya impaciente por ver al 'morlaco' de Gejuelo del Barro.
Y es que Pepito había levantado grandes expectativas, que se cumplieron, incluso estuvo por encima. Tras una primera carrera tan rápido como pudo, hasta darse el 'costalazo' al girar en 'las cuatro calles', Pepito embistió y acudió allí donde se le llamó, divirtiendo al personal de principio a fin. Los maceteros de la Plaza de España dieron también su juego, aunque finalmente fuera una papelera la que pagase los platos rotos. Pepito la dejó hecha un ocho.
Así, el torito de Valrubio se convertía en la estrella del Corpus, unas fiestas redondas, una afluencia de público aceptable tirando a alta, un tiempo excepcional, unas orquestas de notable y unos festejos taurinos de sobresaliente, lo que recae ?esto último? en la Asociación Taurina Villa de Vitigudino, que cada año se supera en la organización de 'los corpus'.