La exposición excesiva o sin la debida protección es el principal factor de riesgo, especialmente en las edades más tempranas
La exposición inadecuada al sol puede causar alteraciones en la piel y ocasionar graves enfermedades. Por eso es tan importante protegerse de las radiaciones solares, no solo en playas y piscinas ni solo durante el verano también el resto del año. Estas son las 6 recomendaciones básicas de la AECC (Asociación Española contra el Cáncer) para reducir el daño del sol:
Las quemaduras solares son uno de los efectos nocivos de exposición al sol más frecuentes, pero hay otros, como el envejecimiento prematuro de la piel o la exposición al riesgo de desarrollar un melanoma o cáncer de piel. Las lesiones se suelen localizar en las zonas del cuerpo que habitualmente se exponen al sol (cara, cuello y manos).
Las alteraciones en la piel pueden detectarse con facilidad, de ahí la importancia de su revisión periódica. Hay que prestar especial atención a la aparición de manchas (generalmente rojizas) que pueden descamarse y sangrar, nódulos (elevaciones o prominencias redondeadas en la piel) y úlceras que no cicatrizan.