"La carne de morucha tiene una calidad reconocida y diferenciada que la hacen muy atractiva para un estrato de consumidores que aprecian sus cualidades, pero es la gran desconocida para la mayoría de nuestros convecinos"
¿En qué momento se encuentra la asociación, que nació para conservar una raza en peligro, la morucha?
La Asociación Nacional de Criadores de Ganado Vacuno de Raza Morucha inició su andadura en los años 70, promovida por un grupo de ganaderos previsores, que viendo el peligro que corría la supervivencia de la raza, decidieron unirse para trabajar en su conservación y mejora, favorecer su conocimiento e impulsar su expansión.
Hubo una primera etapa de notable desarrollo hasta los años 90. A partir de ahí, se ha estabilizado a pesar de la amenaza que suponen la invasión de razas foráneas, la intensificación de producciones y el escaso reconocimiento de la calidad de sus productos.
Como le ocurre a otros colectivos del sector agropecuario, la Asociación precisa de un relevo generacional que le proporcione savia nueva que con ilusión y compromiso se implique en la crianza de esta raza, que reúne las mejores cualidades para la explotación racional de nuestros campos, dentro de los parámetros de protección del medio natural y sostenibilidad, preconizados por la política agraria comunitaria, que está calando en la sociedad ante los peligros de la desenfrenada carrera contaminante y destructiva de nuestros hábitats tradicionales, contrarrestando movimientos incoherentes animalistas y similares surgidos del desnaturalizado modelo urbano que hemos creado.
¿Cuál es número de socios y de censo, permanece estable?
Tanto el número de socios como el de animales inscritos en los registros de Libro Genealógico permanecen bastante estables en los últimos años. Las ganaderías asociadas están en torno a las 200 y el número de animales inscritos ronda los 18.000, de los que 15.000 son hembras reproductoras.
Se ha notado últimamente un incremento de ganaderías y animales de variedad negra, motivado por la ayuda que percibe por ser reconocida por la Administración como "de protección especial" debido a su reducido censo.
¿El principal motivo de preocupación es la sanidad y la tuberculosis?
La sanidad animal siempre debe ser una preocupación, pero no un problema. Es una exigencia de toda explotación ganadera para mantener su rentabilidad y obtener una producción saludable para los consumidores. El problema surge cuando las autoridades sanitarias aplican medidas desproporcionadas para controlar o erradicar ciertas enfermedades como la tuberculosis. Para el ganadero de vacuno de carne la tuberculosis carece de importancia. El drama comienza cuando la administración sanitaria, sin contar con él, le obliga a soportar reiteradas pruebas de diagnóstico y restricciones en los movimientos de ganado, de dudosa eficacia, que atentan contra la economía de muchas explotaciones ganaderas.
¿Estamos en un buen momento para el vacuno de carne?
Los precios se han mantenido en niveles aceptables por lo que el sector de vacuno de carne no ha sido de los más afectados por la crisis de la que vamos saliendo. En ello ha influido más las exportaciones de animales que el consumo interno. No obstante, se ha de mejorar la rentabilidad de las explotaciones incidiendo en la eficiencia productiva y, sobre todo, en la comercialización, ya que la mayor parte los márgenes comerciales van a parar a los agentes de la cadena de distribución y no al productor.
¿Y para la comercialización de la carne de morucha?
La carne de morucha tiene una calidad reconocida y diferenciada que la hacen muy atractiva para un estrato de consumidores que aprecian sus cualidades, pero es la gran desconocida para la mayoría de nuestros convecinos. Para expresar sus excelentes cualidades precisa de un periodo de maduración que complica al carnicero su comercialización, por lo que rehúye ofrecerla a su clientela habitual.
¿Veremos algún día un único sello para la carne producida en Salamanca?
Lo referente a la comercialización de la carne de morucha compete al Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) que lo forman el sector productor, el comercializador y la Administración. Pero no eludiré dar mi opinión. La nueva denominación de Carne de Salamanca de lo que antes era Carne de Morucha, se ha producido porque ahora acoge, además del animal morucho puro, al cruzado de madre morucha con otra raza cárnica. A esto se ha llegado porque la escasa crianza de animales puros hace inviable mantener una estructura de control. Quizás la solución futura pase por crear una estructura más amplia que identifique la producción cárnica de la provincia, diferenciando la carne de morucha como algo especial.
Si por algo se distingue esta carne es por su alta calidad, ¿por qué cuesta abrir mercados, de qué factores depende?
Es cierto que la carne de morucha ha conseguido notoriedad por su gran calidad. Paradójicamente, los animales vivos que la producen están infravalorados en el mercado. La dificultad de abrir mercados estriba en la escasa producción de animales en pureza y en que el área de producción de la IGP condiciona aún más su distribución. La escasa producción eleva los costes y dificulta la financiación de campañas de promoción. Y lo que no se conoce, no se demanda.
La morucha es sinónimo de dehesa, ganadería extensiva. El papel que realiza el ganado es fundamental, ¿se valora lo suficiente?
Ciertamente la vaca morucha ha contribuido a crear, modelar y conservar la dehesa, ese ecosistema singular de encinares y pastizales. Como agente imprescindible es acreedora a que se reconozca y valore su función. Hasta ahora esta función, que beneficia a toda la sociedad, ha sido ignorada. Esperemos que la política agraria haga justicia con esta actividad ganadera más allá de las buenas palabras.
¿Cuál es el futuro de esta raza?
Me gustaría conocerlo pero el horizonte no es muy claro para ver a lo lejos. Los sistemas tradicionales de explotación ganadera precisan de apoyo para revertir la tendencia del éxodo del campo hacia las ciudades.
Fotos: Elena López