Cobardía y desfachatez a partes iguales y por arrobas. No se me ocurren otros términos que definan mejor la posición adoptada por el tándem Juan Vicente Herrera/Joseantonio "Pica" de Santiago-Juárez (el presidente "pato cojo" del gobierno zombi dela Junta y la siniestra mano que siempre ha mecido su cuna-diván) en medio del estado de shock que ha producido en el PP el descalabro electoral del pasado domingo.
Del denominado Pica ya se sabe puede esperarse cualquier cosa, desde la más insolente salida de tono hasta la ocurrencia más peregrina, o cualquier combinación de ambos cosas. Buen ejemplo de ello constituyó la pasada semana su insólita decisión de airear públicamente que no se agradecían los servicios prestados a un alto cargo de su propia consejería cesado a petición propia, justificando dicho desaire en una supuesta "deslealtad" de quien por otra parte, y para mayor inri, es el secretario provincial del PP de Valladolid, partido por el que De Santiago-Juárez concurre a las próximas elecciones municipales como numero dos de la candidatura al ayuntamiento vallisoletano.
Pero ayer el desahogado Pica no hablaba solo por boca propia. Ponía voz a la postura de su acunado, que decidió que había que salir a la palestra secundando el crítico diagnóstico de su amigo Alberto Núñez Feijóo, quien ha achacado el batacazo electoral al brusco volantazo a la derecha adoptado por el PP bajo el liderazgo de Pablo Casado. Y sin cortarse un pelo, el vicepresidente y portavoz de la Junta se descolgó en la rueda de prensa oficial del Consejo de Gobierno del "gobierno zombi" pidiendo a Casado "más Feijóo y Herrera y menos Aznar y FAES". Un estupendo titular periodístico que sin duda lleva preparado.
La cuestión es que el presidente gallego, que se puso de perfil con ocasión de las primarias convocadas para sustituir a Mariano Rajoy, podía tener legitimidad para criticar ese bandazo ideológico que tan desastrosos resultados ha producido. Por el contrario, Herrera carecía por completo de legitimidad y de ahí su gesto cobarde de parapetarse tras el "portacoz" para secundar a Feijóo sin dar la cara frente a Casado, que ha tenido siempre en el presidente "pato cojo" su mejor aliado dentro del PP de Castilla y León, al punto de que en su día pretendió que Rajoy utilizara el "dedazo" para proclamarle sucesor suyo sin primarias ni zarandajas.
El viraje a la derecha de Pablo Casado se inició el mismo día de su elección, con un discurso que hacía suyo de la A a la Z el giro político que venía propugnando José María Aznar. Y ahí estaba Juan Vicente Herrera, que había desplegado todas sus influencias para apoyar el palentino en su pugna contra Soraya Sáez de Santamaría, quien por su parte contaba entre sus apoyos con el de Alfonso Fernández Mañueco y los suyos, arrastrados hacia el sorayismo por Fernando Martínez Maillo. Fruto de ese apoyo de Herrera a Casado fue la inclusión de Antonio Silván en el nuevo comité ejecutivo nacional del PP.
La mano de Herrera en las listas de Casado.- Desde aquel discurso hasta ese desdichado ofrecimiento de ministerios a Vox realizado el último día de campaña, la sintonía entre el presidente "pato cojo" de la Junta y el joven valido de Aznar ha sido total y absoluta, sin que al primero le hayamos escuchado el menor reproche hacia la derechización del PP. Para nada.
Lo que sí ha hecho Herrera ha sido aprovechar esa estrecha relación con Casado para promocionar a sus incondicionales en privilegiados puestos de las listas del PP. Así se explica que medianías políticas como las ex consejeras de Agricultura y Familia, Milagros Marcos y Alicia García, hayan acabado encabezando candidaturas al Congreso. Que Raquel Sanz Lobo, la viuda del torero Víctor Barrio, y que el ex portavoz del grupo popular en las Cortes, Juan José Sanz Vitorio, desembarcaran en las listas del PP por Segovia (eso sí, con distinta suerte, ya dijimos que "El Litri" siempre cae de pie). O que el ex delegado territorial de la Junta en Zamora, Alberto Castro, bestia negra de "maillismo", haya encontrado hueco en la candidatura autonómica.
Y por supuesto que Pilar del Olmo y su mentor, que no es otro que el vicepresidente de la Junta, hayan copado prácticamente la lista del PP al ayuntamiento de Valladolid, con el propio De Santiago-Juárez en el número dos, por delante del propio presidente provincial del partido y presunto candidato a repetir en la presidencia de la Diputación, Jesús Julio Carnero, y con las viceconsejeras María de Diego y Marta López por delante del actual presidente del grupo municipal popular, José Antonio Martínez Bermejo, relegado cruelmente al número ocho.
Todo eso y alguna cosa más no hubiera sido posible sin la privilegiada relación de Herrera con Casado y explica la cobarde actitud del presidente "pato cojo", cuya impostura no conoce límites, al utilizar al vicepresidente-portavoz, cuya desfachatez conoce menos límites aun, para secundar a Feijóo y desmarcarse de ese volantazo a la derecha del que por lo visto no se han percatado hasta el pasado domingo por la noche. Como si no les tuviéramos suficientemente calados a ambos personajes?
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