El cielo permite completar una Carrera ligeramente abreviada y más musical que nunca
Tras el paso por la Plaza Mayor y la Rúa del Sol, cada Cofradía hizo 'lo que quiso' para volver a sus templos de origen
Miles de personas disfrutaron en la tarde del Viernes Santo en las calles de Ciudad Rodrigo de la emblemática procesión del Santo Entierro de la Semana Santa Mirobrigense, conocida popularmente como La Carrera, aunque precisamente su ritmo deja mucho que desear: en la tarde del Viernes, la procesión tardó una hora de reloj en ponerse en marcha. Por ejemplo, en el punto de realización de la mayoría de las fotografías, la confluencia de Cardenal Pacheco con Julián Sánchez, La Carrera empezó a pasar a las 19.04 horas y no concluyó hasta las 20.08 horas, pese a que el cielo llegó a pintar bastante negro.
Sin embargo, tras las decepciones de las procesiones del Silencio y del Santo Encuentro de las últimas horas, y de La Carrera del año pasado (que no llegó a salir por la lluvia), este año sí se pudo llevar a cabo la procesión que reúne a las 7 Cofradías de la Semana Santa Mirobrigense, aunque ligeramente abreviada para evitar más riesgos de la cuenta, todo ello en una tarde con una aceptable temperatura.
De este modo, todas las cofradías fueron saliendo de la Catedral (excepto la Oración del Huerto, que lo hizo de El Sagrario) para coger Cardenal Pacheco en dirección a la Plaza Mayor, que recorrieron de sur a norte, para dejarla por la Rúa del Sol. A partir de esa vía, se rompió lo inicialmente previsto, que era que todas las cofradías fuesen por Gigantes, Campo del Pozo, Cristóbal de Castillejo, Colegios, Velayos y Sánchez Arjona para volver a la Plaza, y desde ahí, dirigirse cada una a su sede.
La primera Cofradía, La Borriquilla cogió una calle más allá, la calle Arco, mientras que las siguientes ya se metieron por la calle Gigantes. La Oración del Huerto abandonó ésta calle para ir por el Campo del Pozo (detrás de La Borriquilla), pero a partir de ahí las cofradías recorrieron la calle Gigantes casi entera, hasta la altura de la Plazuela Cristóbal de Castillejo, para irse distribuyendo cada uno a su modo con más facilidad.
La Borriquilla se marchó como es habitual por la Puerta de Santiago, La Oración del Huerto sí volvió a la Plaza en dirección a El Sagrario, la Cofradía de Jesús Nazareno (excepto La Dolorosa) se quedó en la Iglesia de San Agustín, El Silencio en la Plazuela Cristóbal de Castillejo, La Cruz se dividió (los pasos de la Santa Cruz y El Calvario fueron a San Agustín, mientras que Nuestra Señora de La Cruz volvió a la Plaza junto a su Banda para regresar a la Catedral), y Las Angustias regresaron a la Plaza, para acabar alcanzando la Tercera Orden.
El tramo final de la comitiva sí fue hasta la Catedral: el Sepulcro de la Cofradía de La Soledad (con un amplio número de mujeres de luto a su alrededor) y La Dolorosa de la Cofradía de Jesús Nazareno, tras la cual desfilaron Vidal Rodríguez Encinas y Paco Cemir. A continuación marcharon el Administrador Apostólico de la Diócesis Jesús García Burillo, el presidente del Cabildo Catedralicio Ángel Martín Carballo y Nicolás Martín Matías; varias banderas de la Cofradía de Jesús Nazareno; los concejales del PP de la Corporación Municipal, y la Banda Municipal de Música.
Esta agrupación fue la última de las 4 que tocaron durante el desfile, una cifra récord, tras la incorporación en 2018 a la Semana Santa (año en que no pudo salir La Carrera) de la Banda de Tambores y Cornetas de la Cofradía de Jesús Amigo de los Niños, que se une a las bandas de Jesús Nazareno y la Ilustre Cofradía de la Santa Cruz. También tuvo 'música', el de los tambores y esquilas, la Cofradía del Silencio, que por cierto sufrió un problema con el incensario durante el trayecto.
La Dolorosa, último paso de la comitiva, hizo su entrada en la Catedral de Santa María, para dar por finalizada La Carrera, a las 20.55 horas (cinco minutos menos que hace 2 años, la última vez que se había podido hacer).