‘El Paso a la Agonía’ tomando riesgos, y La Santa Cruz sin tomarlos, esquivan el agua

Tras la decepción de no poder ver procesionar a la Virgen de las Angustias en la noche del Miércoles Santo, Ciudad Rodrigo vivió una mañana de Jueves Santo casi plenamente normal, echando por tierra las malas previsiones meteorológicas que se anunciaban para todo el día. En este bloque matinal, el cielo estuvo muy nublado prácticamente en todo momento (hubo algún rayo de sol puntual), pero no cayó ni una gota de agua (la lluvia hizo acto de presencia a las 15.35 horas).

Sin embargo, debido a las previsiones, la Ilustre Cofradía de la Santa Cruz decidió no correr riesgos, y optó por un recorrido mucho más breve del inicialmente previsto para tardar lo menos posible en procesionar (aunque el año pasado tampoco tardaron 'demasiado' con su recorrido largo, sólo 55 minutos). De este modo, lo que hizo la Cofradía fue únicamente ir y volver desde la Catedral hasta la Plaza Mayor, llegando por Julián Sánchez y regresando por Cardenal Pacheco.

Como es habitual, la procesión contó con tres pasos, El Calvario, Nuestra Señora de La Cruz y la Santa Cruz, siendo la 'causa' del recorte éste último, al ser un paso cargado por costaleros (los otros dos van en sendas carrozas, con lo que pueden acelerar su ritmo más fácilmente). Cerrando la comitiva desfiló como es habitual la Banda de Tambores de la propia Cofradía de la Santa Cruz.

Hay que apuntar que, pese a las malas previsiones, a las puertas de la Catedral se congregó un amplio número de espectadores (más que el año pasado, cuando salieron por primera vez a las 11.00 horas de la mañana del Jueves Santo), teniendo también bastantes el fugaz tránsito por la Plaza Mayor. En total, la procesión estuvo en la calle unos 35-40 minutos (salió unos minutos más tarde de la hora prevista).

Al acabar tan pronto, hubo más tiempo para que el público pudiese ir a tomar algo en familia o con amigos antes de la salida de la segunda procesión de la mañana, la del Paso a la Agonía de la Cofradía de Jesús Nazareno, que a diferencia de la anterior, decidió correr riesgos (y bastantes), ya que optó por el recorrido que tenía inicialmente previsto, en vez de, por ejemplo, ir directamente hasta la Plaza Mayor por la calle San Juan para recortar tiempo.

De este modo, tras salir de la Iglesia de San Agustín, los tres pasos de la procesión (el Ecce Homo, Los Azotes y La Caída) recorrieron la Plazuela Cristóbal de Castillejo, el Campo del Pozo, Enrique Zarandieta, Rúa del Sol, Plaza Mayor y Cardenal Pacheco para acabar llegando a la Catedral. Entre los pasos de Los Azotes y La Caída desfiló la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía que, nada más concluir el desfile, se subió al autobús para viajar hasta Jerez de los Caballeros a tomar parte en una procesión de esa localidad.

Curiosamente, la procesión del Paso a la Agonía no sólo corrió riesgo realizando el recorrido que tenía previsto, sino también por el ritmo que tuvo, totalmente normal, tardando incluso un poco más que el año pasado en completarlo (alrededor de 1h.20', cinco minutos más que en 2018).