Pablo Moreno aúna palabra, cine y teatro en otro pregón rompedor de Semana Santa

En un marco diferente al habitual, la Catedral de Santa María, debido a la ocupación del Teatro Nuevo Fernando Arrabal por el programa de radio No es un día cualquiera, el director de cine Pablo Moreno, máximo responsable a su vez de las representaciones de La Pasión, ofreció en la tarde del sábado el pregón de la Semana Santa Mirobrigense 2019.

Al igual que ocurrió el año pasado, cuando el pregón semanasantero corrió a cargo del grupo de La Pasión con motivo de sus 25 años de trayectoria, la disertación de Pablo Moreno se salió de los cánones habituales, siendo una "mezcla de palabra, cine y teatro", como él mismo lo definió, para lo que contó con la colaboración del Grupo Manantial, la Pastoral Juvenil, y el Departamento de Evangelización y Nuevas Tecnologías.

En este sentido, el director de cine aprovechó el pregón para hacer un 'prólogo' de las escenificaciones de La Pasión que tendrán lugar este año, representando momentos que han quedado fuera del guión, como la entrada de Jesús en Jerusalén. El nexo de unión fue precisamente que quién le había elegido para dar el pregón era la Cofradía de Jesús Amigo de los Niños, cuyo paso es La Borriquilla.

En este sentido, como 1º cuadro del pregón (hubo 4), se representó el momento en que Jesús encarga a sus discípulos que vayan en busca de un asno. Como añadido, se proyectó el momento de la entrada en Jerusalén de la película Jesús, el peregrino de la Luz, que Pablo Moreno dirigió hace 15 años. En torno al asno, resaltó que "con su seguro caminar, representa la firmeza y la paciencia".

Llevándolo al mundo actual, dijo que "hoy hay muchas borriquillas que acarrean con los problemas del mundo, acarrean sus miserias, borriquillas que llevan los sueños de tantos niños y familias desplazadas, que buscan cruzar las murallas de una ciudad, de una comunidad, de un país, que los reciba con la dignidad que merecen". Esos burritos "que portan paz en lo cotidiano" son "los voluntarios y voluntarias de ONGs, misioneros y misioneras, personas anónimas que con el pasar de los años cargan con las ilusiones y sueños de los invisibles".

Como 2º cuadro, se representaron unas duras palabras de Jesús sobre Jerusalén, así como la preparación de la Última Cena. En este punto, el pregonero aprovechó para hablar de las guerras: "qué gran lacra arrastramos como especie; desde Abel y Caín los pueblos se han levantado los unos contra los otros, hermanos contra hermanos. En 2000 años poca paz han visto esas tierras del próximo oriente".

En el 3º cuadro, se recreó el encuentro de Jesús con los niños en el templo, que Pablo Moreno aprovechó para repasar los 5 grandes problemas de la infancia en pleno siglo XXI: los niños soldados, los abusos sexuales (mencionando que "desgraciadamente es un tema de actualidad en el seno de nuestra Iglesia Católica"), la intimidación y el acoso, los castigos físicos, y la venta y trata de niños.

El 4º y último cuadro fue el de la Última Cena, centrado en un niño que roba un pez de la mesa, como aparece en una figura del Pórtico del Perdón. Pablo Moreno recordó unas palabras de Juan Carlos Sánchez en las que explicaba que ese pez era para los primeros cristianos "el símbolo del propio Jesús", así como unas sobre la Comunión -"que de alguna manera nos conecta a los unos con los otros"- del Papa Francisco: "comunión quiere decir 'común unión', todos unidos, unión común- en esta comunión somos una gran familia, todos nosotros, donde todos los miembros se ayudan y se apoyan mutuamente".

Concluido el pregón, la presidenta de la Cofradía de la Borriquilla, Mamen Castaño, quién había presentado a Pablo Moreno al principio, le hizo entrega de una placa, cerrando el acto el Administrador Apostólico de la Diócesis, Jesús García Burillo, quién impartió la bendición final. Hay que apuntar que en el exterior tanto los prolegómenos del pregón como la conclusión fueron animados por la Banda de Tambores y Cornetas de la Cofradía Jesús Amigo de los Niños.