Con edades entre 15 y 18 años, el objetivo es que estos jóvenes, sin sus padres en España, "lleven una vida normalizada"
Unos son huérfanos, otros tiene a sus padres en sus países de origen, pero los 10 menores extranjeros que, desde el pasado 1 de marzo, se encuentran en el hogar de acogida de Salamanca, llegaron a España solos, sin padres y sin el cuidado de otros adultos, procedentes de África, países del Este y Guatemala.
Abiertos desde el 1 de marzo, este hogar de acogida puesto en marcha por la Junta de Castilla y León y gestionado por la Fundación Diagrama, dispone de una decena de plazas que se encuentran ocupadas al 100%.
Como explica el coordinador, Guillermo Ruz, el objetivo principal es que esto menores "lleven una vida normalizada" que pasa por la formación académica y profesional, la práctica de deporte, el aprendizaje del español y momentos de ocio, "como cualquier chaval". Aunque en este hogar los diez menores tienen entre 15 y hasta los 18 años, en este tipo de centros se acogen a menores extranjeros sin padres a partir de 9 años y hasta que cumplen la mayoría de edad.
"La adaptación a vivir en nuestra sociedad es dura, por el choque cultural en algunos casos o por desconocer el idioma", aunque el coordinador del hogar reconoce que, al ser más jóvenes "les cuesta menos aprender, pero no es fácil".
Extranjeros y solos, aunque no todos los menores son huérfanos. Algunos no tienen padres, otros sí, por eso uno de los objetivos es la reunificación familiar, "aunque es lógico que algunos no quieran volver a sus países", algo en lo que tiene mucho que ver la procedencia y la situación de su país de origen. Sin embargo, desde el hogar de acogida se intenta que los menores no pierdan el contacto con su familia, en el caso de tenerla. Con un límite de edad hasta los 18 años, una vez que abandonen este hogar, el destino de estos jóvenes extranjeros será el hogar de emancipación.
Menores extranjeros no acompañados en España, MENAS
La llegada de niños solos a nuestro país comenzó a finales de los 90 y ha ido aumentando, aunque el porcentaje con respecto a las cifras de migrantes adultos es baja y también con respecto al total de niños extranjeros que viven en España, que supera el medio millón.
Según datos de Unicef, a finales de 2017 había inscritos 5.380 menores extranjeros no acompañados. Una de las cifras más altas de los últimos años, cercana a las de 2006 y 2007, con Andalucía como la comunidad con mayor número (2.209), mientras en Castilla y León la cifra rondaba el medio centenar. En otros países como Alemania, entre 2015 y 2017, más de 70.000 niños solos han pedido asilo.
Sin embargo, el perfil no ha cambiado demasiado. Siguen siendo en su mayoría adolescentes de Marruecos y Argelia, aunque ha ido en aumento el número de los que provienen de países de África Subsahariana como Ghana o Senegal. La inmensa mayoría de ellos huyen de la pobreza, de la exclusión y la falta de oportunidades y algunos buscan protección a causa de la violencia en sus países de origen.
Aunque algunos puede que hayan perdido a sus padres o familiares por culpa de la violencia, en muchos de los casos la familia continúa en el país de origen. Habitualmente provienen de familias numerosas con pocos recursos y abandonan a su familia y su país en busca de una oportunidad.