La Sección Femenina en la posguerra

La Sección Femenina nació en unos momentos en que los encuentros violentos entre izquierdistas y fascistas eran frecuentes. Creada en España en 1934 fue dirigida desde su constitución por Pilar Primo de Rivera, hermana de José Antonio, fundador de la Falange.

Durante la República y la Guerra Civil se dedicaba a prestar apoyo a la militancia falangista y asistencia a los presos del Partido o a las familias de los caídos en la lucha. A tal fin, las chicas de la Sección Femenina intentaron recaudar dinero lanzando unos sellos de cotización y unas cartillas que eran adquiridas por los falangistas. Incluso llegaron a vender unas pastillas de jabón con el lema "Por la revolución nacional-sindicalista. Por la Patria, el Pan y la Justicia. ¡Arriba España!".

Otra de las actividades que realizaron durante la república fue la de pasar porras y pistolas a los mítines de falange, ya que los varones solían ser cacheados por la policía a la entrada de los mismos.

Finalizada la guerra su labor se centró en instruir a las jóvenes sobre cómo ser buenas patriotas, buenas cristianas y buenas esposas, relegando su papel como mujeres independientes a una subordinación total al hombre.

La creadora de esta asociación, Pilar Primo de Rivera se basó en tres pilares fundamentales para la educación de la mujer:

• Realización de las tareas femeninas, las domésticas y la maternidad.
• El absurdo de una competición con el hombre.
• La abnegación como sublimación del quehacer de la mujer.

Para todo esto era necesario una formación previa y una cultura mínima. La tarea más significativa realizada por la Falange femenina en tiempo de guerra sin duda fue el "Auxilio Social". La educación física y los campamentos de verano también fueron integrante de la formación de la mujer falangista.

Fotografías

Colecta de fondos para los heridos de la guerra. Campamento de la Sección Femenina en Salamanca (1940 a 1949)