El concejal de Obras, Joaquín Pellicer, quiere que al menos parte de estos restos queden visibles al público
La Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta de Castilla y León ha autorizado al Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo a llevar a cabo una prospección arqueológica para estudiar hasta dónde llegan las estructuras que han aparecido en las obras de reforma del tramo del adarve de la muralla comprendido entre la Brecha Grande y la Puerta del Conde, que llevan en marcha desde el pasado mes de septiembre.
Esos restos que se han encontrado (que los mirobrigenses todavía no han podido contemplar al estar cortado ese tramo de la muralla al tránsito) pertenecen al antiguo Palacio de Amayuelas, estando situados junto a las Puertas que llevan ese mismo nombre ('por encima' de la Oficina de Turismo). Entre las estructuras que han quedado a la vista, es reconocible una escalera de caracol.
Ante el interés histórico que tienen, el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo solicitó autorización a la Comisión de Patrimonio para acometer una prospección en el terreno, a la que finalmente se dio el visto bueno el pasado jueves en la denominada ponencia de la Comisión (en caso contrario, el Ayuntamiento hubiera procedido a tapar lo encontrado, y se habría rematado sin más la obra de reforma del adarve).
Según explicó en la mañana del lunes a Ciudad Rodrigo Al Día el delegado de Obras del Ayuntamiento, Joaquín Pellicer, ahora tienen previsto reunirse con el arqueólogo para ver cómo empezar a actuar en el lugar. La idea que maneja Pellicer es que estas estructuras encontradas (o al menos parte de las mismas) puedan llegar a quedar a la vista una vez finalicen la prospección y la intervención en su conjunto, que debido a este hecho -y a otros- ya acumula casi dos meses de retraso.
Para que queden a la vista sin sufrir daños (y que los que pasen por allí no corran riesgos), una de las ideas que está sobre la mesa en este momento es que las estructuras sean protegidas mediante un cristal blindado, acompañadas de un texto (en una placa) donde se explique en qué consisten. Aunque no se puede precisar fecha, Joaquín Pellicer señala que se quiere llevar a cabo tanto la prospección como el remate de las obras "cuanto antes".
Además de estos restos del Palacio de Amayuelas (sobre parte del cual se levantó en el siglo XX el Palacio de los Velasco), en esta misma intervención en el adarve se han hallado más estructuras junto a la Puerta del Conde. Hay que recordar que no es la primera vez que aparecen restos antiguos en la muralla debido, principalmente, a que a principios del siglo XVIII se amplió la antigua cerca medieval de la ciudad, lo que hizo que quedasen absorbidas por la nueva muralla las casas, y otros elementos que estaban adosadas a la cerca.
El caso más notorio se encuentra en el tramo de muralla adyacente a la calle Campofrío: hace ya más de 15 años, un derrumbe dejó al descubierto parte de la antigua Iglesia de Santo Tomé, concretamente la sepultura de Magdalena Rodríguez Ocampo, del siglo XVII. Aquel nicho (se supone que el de su marido está al lado) volvió a ser tapado, quedando a escasos centímetros de la superficie del adarve.