La Vida saludable e inclusiva conlleva aceptar a todas las personas como son y, desde el valor de la de la variabilidad y la tolerancia. Todos somos personas diferentes y especiales; pero desde el punto de vista social iguales, con los mismos Derechos Humanos que reconoce Naciones Unidas (ONU) en su tres generaciones que se enmarcan en la Libertad, la Igualdad y el Compromiso Social entre los pueblos porque somos personas y ciudadanos. El problema está en los conflictos de interés que existen y, que básicamente están mediatizados por el dinero y las dinámicas de la vida.
Ninguna variable personal o social debe hacer perder el valor y el respeto a la igualdad entre las personas y, hoy existen muchos mecanismos y avances tecnológicos que se utilizan para seguir fomentando tópicos, privilegios y falsas creencias porque existen muchos agentes tóxicos mediáticos que se ponen de moda y, crean gente tóxica. Es decir, personas y personajes públicos que no controlan sus conflictos de interés y, por tanto, no persiguen otra cosa que mantener la confusión frente a la razón, la competencia y el mérito profesional y social.
Para prevenir y controlar esta enfermedad social infecciosa habría que tener una vacuna, que no existe en las farmacias y, que empieza por un principio activo que se siempre se ha utilizado, como es el sentido con y, que actualmente han perdido hasta los dirigentes políticos y sociales cuando pretenden en base a la moda de la Educación Inclusiva, en la que tengo experiencia y, fomento, cerrar los Centros de Educación Especial en los que están normalizados e integrados más de 37.000 Personas con Discapacidad Intelectual con diversos tipos y grados de discapacidad como son las personas con síndromes de Down, X fragilis, Rett, personas con parálisis cerebral y personas con trastornos del espectro autista u alcohólico fetal. Todas estas personas tienen la característica común de necesitar apoyos significativos y competentes para poder seguir avanzando en su autonomía y su Bienestar y calidad de Vida. Derechos que no adquieren de manera efectiva y adecuada en los centros educativos ordinarios porque no existen ni las condiciones ambientales y sociales necesarias para el buen desenvolvimiento del proceso de enseñanza aprendizaje; pero también por los necesarios e imprescindibles recursos materiales y humanos que no existen en la gran mayoría de los centros educativos ordinarios actuales, aunque esta inclusión empezó en 1982 con la LISMI.
Y como ocurre con demasiada frecuencia en este país, se tienen buenas intenciones, se aprueban leyes, se ponen en marcha y, se desarrollan mal porque una vez aprobadas, planificadas y programadas no se dotan de los recursos necesarios y, lo peor, no se evalúa su efectividad y eficiencia. La prueba está en las numerosas leyes y reformas acontecidas en la Educación y, actualmente, se puede afirmar sin pocas posibilidades de error, que ha sido el más grave déficit de nuestra transición política y social. Hoy no existe educación ciudadana, ni cultura de esfuerzo, no se valora el mérito y la capacidad y, la incompetencia profesional y política campa a sus anchas en la mayoría de las Administraciones e Instituciones Públicas del territorio nacional. Si hoy existe una urgencia nacional es poner en valor la Educación y la competencia profesional y social porque la mayoría de los líderes que nos venden los medios de comunicación tienen un alto grado de incompetencia para lo que han sido elegidos y/o nombrados, no tienen un mínimo en valores humanos y sociales y, por tanto, son mediáticos; con el tiempo se comprueba su intrascendencia y, algunos incluso son tóxicos para la Vida Social y Saludable por su falta de compromiso social real.
En mi opinión, los Centros de Educación Especial juegan un papel trascendente en la superación de los diversos grados incapacidad intelectual y, por tanto, forman parte de la Educación Inclusiva que debe promocionarse con apoyos y ayudas personalizadas necesarias para que se consigan mayores grados de autonomía personal y, mayor Bienestar y Calidad de Vida en las Personas con Discapacidad Intelectual y sus familias y, también para fomentar la vida inclusiva y saludable de la población general.
JAMCA
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