El convenio firmado con la Consejería, de 1,8 millones, permitirá modernizar más de 2.200 hectáreas de 370 regantes
La Consejería de Agricultura ha firmado tres convenios de colaboración con las comunidades de regantes del Canal de Pisuerga, Soto de Cerrato y, en Salamanca, con el Canal de La Maya, lo que permitirá mejorar la modernización energética de sus regadíos introduciendo el uso de energías alternativas. El acuerdo, que cuenta con una inversión de 10 millones de euros -de los cuales la Junta de Castilla y León financia el 50 %-, incluye la realización de los estudios de viabilidad para analizar las diferentes soluciones energéticas y determinar la más viable, redactar los proyectos y ejecutar las obras necesarias para garantizar la introducción de este tipo de energías alternativas.
El convenio firmado con el presidente de la Comunidad de Regantes de La Maya, José Antonio Alonso, con una inversión de 1.800.000 euros en la realización de las obras de generación de energías alternativas en los regadíos modernizados de esta zona. Las 2.271 hectáreas modernizadas pertenecen a 370 regantes que verán cómo se reduce la emisión de dióxido de carbono de sus instalaciones de riego en 820 toneladas anuales, ahorrando entre un 25% y un 30% del coste energético anual, lo que en este caso podría suponer un ahorro de unos 67.000 euros anuales.
El objetivo que persiguen estos convenios es reducir la dependencia de los suministros energéticos tradicionales, reduciendo el coste de este gasto, que alcanza los 355.000 euros al año, lo que permitirá mejorar la competitividad de las explotaciones agrícolas de estas zonas.
Se trata, de este modo, de lograr un uso más eficiente de la energía en la agricultura, de introducir sistemas de producción sostenible, de disminuir las emisiones de carbono a la atmósfera y de impulsar las energías renovables como marca la política europea para reducir la huella de carbono. Todo ello redundará, además, en beneficio de los agricultores, puesto que, con este tipo de inversiones, el ahorro en compra de energía a la red puede oscilar entre el 20 % y el 50 %.
Con esta actuación se avanza en el compromiso de la Consejería, incluido en el Mapa de Infraestructuras Agrarias, de buscar soluciones que reduzcan los costes de la energía de los regadíos modernizados, que en algunos casos complican su competitividad ante el incremento de los costes de la energía eléctrica tradicional. Y se ponen en marcha medidas, para alcanzar un ahorro de agua y energía, establecidas en el Plan de Impulso a la Bioeconomía, recientemente aprobado.
Beneficios de la modernización del regadío
Entre los principales beneficios que conllevan la modernización del regadío de una zona está la optimización del uso del agua, permitiendo hacer frente con mayores garantías a las circunstancias de escasez de recursos disponibles. Se estiman ahorros medios en el uso de recursos de entre un 20 % y un 25 %. Además, para mejorar la competitividad y rentabilidad de las explotaciones agrarias, los costes para el riego con presión se reducen en las zonas modernizadas un 35 % respecto a las zonas sin modernizar. La modernización contribuye activamente a la regeneración en el campo, ya que las incorporaciones de jóvenes en las zonas modernizadas son un 80 % superiores que las que se producen en las zonas sin modernizar. Esta apuesta por un sector modernizado se aprecia también en la inversión que llevan a cabo los propios agricultores, que es un 240 % mayor en las zonas modernizadas que en las no modernizadas.
El regadío modernizado permite diversificar las alternativas de cultivo, principalmente porque pueden realizarse otros cultivos más asociados a la transformación agroindustrial. Esta posibilidad de adaptación de las producciones a las necesidades del mercado permite mejorar y garantizar la competitividad de las explotaciones agrícolas.
Es fundamental la contribución del regadío a la mejora de las condiciones ambientales del medio rural, ya que, además del ahorro de agua, las infraestructuras de riego modernizadas permiten una reducción de la contaminación difusa que puede cifrarse, por ejemplo, en una reducción del abonado nitrogenado de entre un 25 % y un 30 %, que además de ser un ahorro de costes importante, reduce la carga contaminante que llega a las masas de agua. En esencia, el ahorro de agua, junto con el efecto sumidero de CO2 que suponen los cultivos de regadío, hace de las modernizaciones de regadío una herramienta eficaz para luchar contra el cambio climático.
Por estos motivos, la modernización de los regadíos se configura como una de las medidas imprescindibles para el desarrollo rural, no solo porque permite garantizar la viabilidad de las explotaciones para el futuro, sino porque además tiene un efecto de interacción con otras actividades, como la industria agroalimentaria, lo que permite generar empleo y actividad económica y fijar población en estos entornos.
En estos momentos, con las actuaciones en marcha, se alcanza el 54 % del compromiso adquirido al inicio de legislatura por el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, de modernizar los regadíos en 40.000 hectáreas en este periodo de ejecución del Programa de Desarrollo Rural de Castilla y León.