El jueves día veintiocho de febrero en el pregón del Bolsín Taurino se dará a conocer el triunfador y los cuatro finalistas que lidiarán cinco novillos en Carnaval
Por cuestiones de salud, no pude acudir a la final del año anterior, y este aunque no muy boyante, y tras cumplir un compromiso con un buen amigo, me he llegado hasta esta bendita tierra, de Ciudad Rodrigo, para asistir a esta final ahora con erales, con el fin de descubrir si podemos seguir contando con la cantera y no desmaya el entusiasmo de estos jóvenes aspirantes a formar parte del escalafón.
Será el próximo jueves, en el pregón del bolsín taurino, cuando se conocerá el vencedor de esta edición, pero sinceramente me importa menos, quien pueda ser el primero o el quinto, lo importante es sopesar si estos elegidos tienen afición, ganas e ilusión.
Con cinco ganadaderías invitadas para la final del LXIII edición del Bolsín Taurino de Ciudad Rodrigo, tras una tarde primaveral con lleno desbordante y la ilusión por bandera, hemos visto a doce jóvenes que parece ser los que han llegado con más bagaje a este tramo final y lidiar erales de varias ganaderías, que por cierto resultaron nobles, no pusieron en aprietos a los toreros, y de entre ellos sobresalió el que tenía el hierro de Antonio Palla, un novillo, bravo, codicioso, boyante, y además aguantó, el curso de lídia que le dieron tres de los encausados novilleros. Lo cierto es que esperábamos bastante más de lo ocurrido en la placita del Conde Rodrigo. Muchos de los novilleros no han pasado de discretos, reiterativos en su labor, despegados en muchas fases de las faenas, descolocados en otras pasajes lo que resulto más llamativo, no hará falta repetir nombres ellos lo saben, así como sus asesores, tristes y abúlicos, sin el ánimo resuelto, sin la gallardía, y el arrebato suficiente, como si no quisieran equivocarse, acomplejados, en un tono que como digo no alcanzo a salir de la zona de confort que dicen ahora, luego los tres, que ciertamente tuvieron ese poso de que allí surgía algo para alzarse triunfador de esta edición. Sortearon un novillo serio para torear y ponerle garra.
Diego García, libró un primer pasaje con limpieza, buena técnica sosiego y mejor colocación, mantuvo la armonía en su segundo turno, Álvaro Burdiel, que en su primera actuación se mostró como un torero de buenas hechuras, que sabe en lo que anda, que marcó los tiempos con clasicismo y depurada técnica, bajo de forma incomprensible en este toro final, no se acoplo, no se encontró bien, y navego sin brújula.
Ha sido a la postre Alejandro Rivero, un extremeño animoso, todo gallardía y disposición que mostro garra novilleril, solvencia, no exento de valor, colocación, que manejó el engaño por ambos con empaque por ambos pitones, y quien no se "piraba" en los remates, por ponerle un pero, se agachaba un poco en los cites dada su altura y descomponía un tanto la figura, o sea cosas de aprendiz evidentemente, otro buen producto de esa escuela que con tino dirige Luis Reina.
Y con un sencillo homenaje en favor de José Luis Ramos en otro lugar y nada que ver con el bolsín, al que fuimos invitados, hicimos un regreso, donde mi compañero de caminata, tan solo recordaba a este pacense, al bravo y superior novillo de Antonio Palla. A esperar el triunfador. Y ahí lo dejo?
Reportaje gráfico: Adrián Martín