A partir de 1870 experimenta un cambio al verse dotada de un arbolado de acacias, representando un embellecimiento de una ciudad que carecía prácticamente de espacios verdes
La Plaza Mayor desde sus inicios siempre estuvo limpia y despejada, permitiendo así actos públicos y espectáculos. En 1784 fue colocada en su centro una farola-candil de aceite, pero fue a partir de 1870, cuando la Plaza experimenta un cambio al verse dotada de un arbolado de acacias, representando en aquel momento un embellecimiento de una ciudad que carecía prácticamente de espacios libres.
Poco a poco este "bosquecillo" fue cambiando convirtiéndose en jardines según los gustos de los imperantes. En 1910, el arbolado había disminuido notablemente instalando en su lugar parterres de flores y plantas arbustivas.
En la glorieta central, también rodeada de canapés se encontraba el templete que tras haber sido retirado y trasladado a la Alamedilla en 1898, había vuelto a colocarse en la Plaza en 1906. La fotografía adjunta destaca la línea de bancos de piedra con respaldo de hierro fabricados por Moneo e hijos, instalados en 1872 y hoy colocados en la plaza de la Libertad y Colón.
FOTOGRAFÍA:
Estado de los jardines de la Plaza Mayor en 1910. Autor: Joaquín Morelló i Nart