Acompañados por la archivera Vanesa Vaquero y el director del Servicio Diocesano de Patrimonio, Tomás Gil, conocieron de primera mano cómo trabaja el historiador
Los alumnos de Humanidades y Ciencias Sociales de 2º de Bachillerato del Colegio Calasanz han podido descubrir cómo se escribe la Historia en el Archivo Diocesano de Salamanca.
Para todos ellos era la primera visita a un archivo. Acompañados por la archivera Vanesa Vaquero y el director del Servicio Diocesano de Patrimonio, Tomás Gil, los alumnos conocieron de primera mano cómo trabaja el historiador. Para llegar al libro, antes hay que leer y estudiar los documentos depositados en los archivos.
En los archivos diocesanos están todos los documentos de las parroquias, obispado y demás asociaciones eclesiásticas de derecho público o privado. Hasta el siglo XIX, el único registro era el parroquial, por eso para los estudios sobre demografía, es imprescindible acudir a los libros de bautizos, defunciones y matrimonios. También para solventar algunos litigios civiles relacionados con matrimonios o herencias. Asimismo, en el ámbito de la Historia, o la Historia del Arte, la información que se extrae de estos archivos es muy abundante; casi exclusiva para la historia eclesiástica y el arte religioso.
Los directores, muy amablemente, permitieron a los alumnos consultar una muestra de los distintos tipos de documentos que custodia el archivo, fechados desde el siglo XII al XIX. Así descubrieron que, para leer los pergaminos medievales, como las bulas, hay que saber latín y paleografía, mientras que para los textos de principios de la Edad Moderna basta con conocer las abreviaturas, aunque hace falta mucha práctica porque la caligrafía es distinta a la actual.
Los escritos del XVIII y XIX ya se entienden muy bien y todos ellos disfrutaron leyendo algunas instrucciones sobre litigios matrimoniales que hoy en día resultan muy graciosas. La visita terminó con un recorrido por varias de las salas donde están depositados los fondos.