Acabar con la atomización, incrementar la innovación, revalorizar los productos, visibilizar el sector y mejorar la profesionalización y la gestión, entre los objetivos
La Consejería de Agricultura, junto con Urcacyl, ha presentado los grandes retos a los que deben enfrentarse las cooperativas agroalimentarias de Castilla y León los próximos años, al constituir un sector de especial importancia tanto a nivel económico, con una facturación de 2.566 millones de euros, como a nivel social, generando más de 3.500 empleos a través de las 565 cooperativas agroalimentarias y las otras 555 constituidas como explotaciones comunitarias de la tierra y del ganado.
La Consejería de Agricultura y Urcacyl, que asocia a 140 cooperativas, han presentado esta mañana el Plan Estratégico del Cooperativismo Agroalimentario de Castilla y León 2019-2023, que contará con un presupuesto de 8.141.000 euros, el primero hecho de forma conjunta entre las cooperativas y la Junta. Se trata de una ruta de trabajo en la que se define el modelo de futuro de las cooperativas para conseguir que estén bien dimensionadas, puesto que en la actualidad están muy atomizadas, lo que conduce a un bajo poder de negociación; con modelos empresariales comunes para ser más competitivas y generadoras de valor; abiertas a la colaboración con otras cooperativas en materia de comercialización, compras, investigación, desarrollo e innovación y servicios; y con una estructura de gestión profesionalizada y una organización solvente con el grado de capitalización necesario para afrontar retos empresariales.
Este Plan Estratégico establece que las cooperativas cuenten con jóvenes y mujeres en sus planes de futuro para garantizar el relevo generacional, que enfoquen sus actividades hacia la sostenibilidad, que apuesten de manera permanente por incorporar la tecnología y que se constituyan en agentes primordiales de la dinamización del medio rural.
Seis retos estratégicos
Para conseguirlo, se plantean seis retos estratégicos: acabar con la atomización, que conlleva un limitado poder de influencia en la cadena de valor agroalimentaria; incrementar la innovación y revalorizar los productos; visibilizar el sector cooperativo para que redunde en más comercialización y crecimiento; conseguir que tenga más influencia y relevancia; mejorar la profesionalización; y establecer modelos de negocio para mejorar las estructuras de gestión, agilizando decisiones y realizando planificaciones estratégicas empresariales, así como rejuvenecer el sector.
Medidas de actuación
Para alcanzar estos objetivos, este Plan propone un total de 26 medidas de actuación. Así, para acabar con la atomización y crecer se han fijado cinco medidas. Se plantea incrementar el volumen de comercialización de los socios en las cooperativas en las que no se exige exclusividad de entregas y, para lograrlo, se propone implementar los incentivos económicos por aumentar el porcentaje de entregas y establecer primas por fidelidad. Establece, además, incentivar la integración de nuevos socios y reducir la aportación a capital social en un porcentaje significativo a los jóvenes y mujeres que se incorporan a la cooperativa; realizar una prestación de servicios en la explotación del socio, en caso de relevo generacional, para conservar la capacidad de comercialización; e incrementar las integraciones de cooperativas, especialmente mediante fusiones, acuerdos y colaboraciones con las Entidades Asociativas Prioritarias, apoyando la integración y fusión cooperativa mediante la línea de ayudas establecidas al efecto.
Para potenciar la innovación y revalorizar las producciones, se establecen otras cinco medidas, como el impulso de la participación de las cooperativas en proyectos de I+D+i promovidos por la Consejería, mediante discriminación positiva; implantar un programa formativo continuado en innovación, dirigido a técnicos y personal directivo de las cooperativas, que contendrá formación especializada en los diferentes tipos de innovación (producto, servicio, comercialización, procesos, organización?).
Asimismo, sedefinirá un plan estratégico personalizado y un modelo de negocio para las cooperativas, dirigido a aquellas que no tienen reconocimiento como Entidades Asociativas Prioritarias, apoyando hasta en un 50 % el coste de consultoría; se incluirá, como requisito obligatorio, para mantener el reconocimiento de la condición de Entidad Asociativa Prioritaria, la elaboración de un plan estratégico y un modelo de negocio; y se apoyará y priorizará a las Entidades Asociativas Prioritarias con inversiones, primando el acceso a las ayudas a la transformación y a la financiación a través del Instrumento Financiero.
Para que el sector cooperativo gane en notoriedad y sea más visible, se proponen tres medidas dirigidas a la creación de una sección en la revista trimestral de la Unión Regional de Cooperativas Agrarias de Castilla y León (Urcacyl), dirigida a difundir los beneficios y experiencias en nuevas tecnologías en el sector, a la potenciación de la presencia del cooperativismo en medios de comunicación y habilitar medidas necesarias para potenciar la comunicación interna y externa dentro de las cooperativas.
En cuanto a conseguir que tenga más influencia y se convierta en un sector más relevante, el Plan recoge cinco medidas: la creación de un argumentario de valores de los productos cooperativos (trazabilidad, producción local, sostenibilidad, medio rural, retorno al productor, seguridad alimentaria?) para ser presentado al sector de la distribución; la realización de jornadas de puertas abiertas en las cooperativas de Castilla y León; la adopción del arbitraje y la mediación en la contratación de cooperativas con sus clientes, con el objetivo de construir relaciones de confianza en la cadena agroalimentaria; la presentación y visita a las cooperativas de representantes institucionales; y el patrocinio de actividades en el medio rural.
Este Plan Estratégico fija, además, como uno de los retos, la mejora de la profesionalización de los trabajadores del sector cooperativo. Así, establece cinco medidas enfocadas a la participación de las cooperativas en la Formación Profesional Dual; la inclusión de un contenido teórico-práctico específico sobre cooperativismo en todos los ciclos de Formación Profesional agraria dependientes de la Consejería; la implantación de un programa avanzado de formación en gestor de cooperativas, dirigido a directivos y técnicos (mandos intermedios); un programa de formación especializada para técnicos de las cooperativas basado en comercialización, internacionalización, bioeconomía e innovación; así como la inclusión, como requisito obligatorio, de participar en la plan anual de formación para mantener el reconocimiento de Entidad Asociativa Prioritaria.
Cuenta con otras cuatro medidas para llevar a cabo un cambio cultural dentro de las cooperativas y establecer modelos de negocio, como son la realización de cursos de 'modelo cooperativo' para nuevos socios, dirigido a jóvenes menores de 30 años; el compromiso de la adopción de una representación en el Consejo Rector de cooperativistas jóvenes y mujeres, equivalente a la realidad de su base social; y la definición de un plan estratégico personalizado y modelo de negocio para las cooperativas, dirigido a aquellas que no tienen reconocimiento como Entidad Asociativa Prioritaria, apoyando hasta en un 50 % el coste de consultoría. Además, se pondrá en marcha el Observatorio de Satisfacción del Socio Cooperativista para evaluar, de forma continua, su agrado con la labor de la entidad.
Resultados que se esperan obtener con este Plan
La puesta en marcha de este Plan, que se extiende hasta 2023, contempla entre sus objetivos el incremento de un 40 % del volumen de negocio total hasta los 3.600 millones de euros y que al menos el 50 % de las cooperativas hayan implementado un modelo de incentivos por actividad cooperativizada y primas de fidelidad, implantado medidas efectivas para la captación de nuevos socios jóvenes, con especial incidencia en mujeres, y desarrollado una oferta de servicios en explotaciones de los socios. Además de incrementar en un 150 % el número de fusiones, duplicar las cooperativas adheridas a la figura de la Entidad Asociativa Prioritaria y las participantes en proyectos de I+D+i.
Asimismo, contempla que 130 cooperativas cuenten con planes estratégicos propios que definan sus vías de crecimiento, comercialización e internacionalidad, su modelo de negocio para generar valor agregado y su modelo organizativo. En formación, que 100 directivos tengan formación especializada en gestión de cooperativas y que 3.000 alumnos de FP Agraria tengan formación complementaria en cooperativismo. Y que el 50 % de las cooperativas hayan asumido la composición de un consejo rector con presencia de jóvenes y mujeres de acuerdo a la realidad de su base social.