Desde hace un tiempo, el sector de la belleza genera cada vez más interés entre los consumidores, y especialmente la cosmética, pues muchos de los productos que se lanzan a la venta presumen de conseguir beneficios para la salud física y mental
El economista Richard Easterlin realizó un estudio a mediados del siglo XX comparando la evolución de los ingresos con la percepción de felicidad. Sus conclusiones fueron lo que ha venido a llamarse con el paso de los años como la paradoja de Easterlin. Según esta paradoja, un aumento de riqueza lleva aparejado un incremento de satisfacción hasta un cierto umbral pero una vez superado este, la felicidad no crece paralelamente.
El incremento de riqueza observado en Estados Unidos entre 1945 y 1974, en el que duplicó el Producto Interior Bruto del país, no supuso un aumento relevante en la tasa de felicidad de la población.
La teoría viene a decir que, una vez cubiertas las necesidades básicas, las políticas deberían centrarse en aumentar la satisfacción a través de medidas de articulación comunitaria y de redistribución de la riqueza y no en el crecimiento económico.
Tomando esta idea como base, la economía de la felicidad pone en cuestión la teoría tradicional económica que supone que cuanto mayor sea el nivel de ingresos de un individuo, mayor será su nivel de felicidad.
La publicidad como agente impulsor de la bulimia consumista
Para enfrentarse a esta economía de la felicidad, la publicidad apuesta por la bulimia consumista, esto es, asociar la felicidad a la posesión de objetos, a la belleza física y al derroche. Los publicistas logran crear artificialmente necesidades, y si a esto sumamos que el acto de consumir es cada vez más cómodo por las facilidades tecnológicas, no es de extrañar que mucha gente busque la felicidad en las compras.
Una de las industrias que mejor se adapta a esta fórmula del nuevo consumo, la bulimia consumista, es la moda. La moda es, por definición, una industria creada para tal efecto, porque consiste en animar a la gente a que adquiera productos y prendas de ropa que solo son tendencia durante un determinado momento.
Con la moda se produce desde hace años el fenómeno de la "fast fashion", moda de consumo rápido, que anima a los consumidores a comprar y comprar, incluso sin necesidad, siguiendo esa idea de la publicidad de crear artificialmente necesidades. El fast fashion tiene, a su vez, importantes perjuicios para el planeta en lo que respecta a consumo de recursos naturales.
El desarrollo de las nuevas tecnologías, especialmente internet, ha potenciado esta idea de que la felicidad va aparejada con el consumo. Las ventas en internet se disparan año tras año y el de la moda es uno de los sectores referentes del ecommerce.
Los usuarios, además de encontrar prendas de ropa, accesorios y otros productos relacionados con la moda en las tiendas oficiales de las principales empresas del sector, buscan en ocasiones otras tiendas online en las que encontrar precios muy bajos. Ese es el caso de https://comprarmuybarato.online/mejor-ropa-hombre-mujer-nino-nina/, la que es para muchos la mejor web para comprar ropa.
La industria de la moda es una de las que mejor representa esta idea de la bulimia consumista y esa idea de comprar cosas sin verdadera necesidad, en especial con el consumo online, pues habitualmente comprar a través de internet es más económico y, sin duda alguna, es mucho más cómodo.
En cualquier caso, en la sociedad actual está también muy asentada esa idea de que comprar es un gran remedio para enfrentarse a problemas laborales, para relajarse y para alejarse de las preocupaciones.
La belleza, sentirse guapa para atraer miradas
Si la moda es una industria que representa fielmente toda esta idea que comentamos, otra que lo hace de un modo parecido es el mundo de la belleza, con especial énfasis en la cosmética, la estética y las intervenciones quirúrgicas.
Nadie puede dudar que todos, tanto hombres como mujeres, buscamos sentirnos guapos y que la belleza nos aporta felicidad y bienestar, pero en algunos casos esta felicidad es efímera, especialmente si lo que se busca con ella es gustar a los demás y no sentirnos plenamente cómodos con nosotros mismos.
Para ellas, y también para ellos, hay algunas prácticas que se relacionan de manera directa con la belleza, una de ellas es el tamaño de las pestañas. Las pestañas largas atraen miradas y hacen que la persona que las lleve se sienta más sexy. Las pestañas crecen, como todos los pelos, pero mucha gente hace uso de máscara para hacerlas crecer artificialmente. En la web Sentidodemujer ofrecen algunos consejos sobre como hacer crecer las pestañas.
En esta idea de sentirse guapa ganan cada vez más importancia los centros de estética. Así, el Centro de estética Nuria González en Valladolid, está especializado en masajes, tratamientos, radiofrecuencia y productos cosméticos y, además, cuenta con un blog en el que se comparten novedades sobre la industria y los tratamientos necesarios para alcanzar el bienestar a través de la belleza.
Desde hace un tiempo, el sector de la belleza genera cada vez más interés entre los consumidores, y especialmente la cosmética, pues muchos de los productos que se lanzan a la venta presumen de conseguir beneficios para la salud física y mental: cremas con melatonina que ayuda a descansar, productos depurativos, fragancias que mejoran el aspecto de la dermis y otras muchas opciones basadas en la filosofía holística.
Ya sea para gustarse a sí misma o para gustar a los demás, no cabe duda de que perseguir la belleza es algo que inquieta a millones de personas en todo el mundo. Para lograrlo, el primer paso es sin duda sacarse de dentro los complejos y los prejuicios, abandonar los estereotipos y sentirse libres.
Es posible sentirse guapa sin verse obligado a ello, y por supuesto sin asociar la belleza al consumo, pero tampoco debemos castigarnos por consumir, siempre que sea de manera responsable.
La clave para sentirse guapa y aceptarse a una misma es precisamente esa, encontrar la felicidad en los hábitos saludables, como por ejemplo una dieta completa y equilibrada, la práctica de ejercicio físico de manera periódica y, también, por qué no, sesiones periódicas de masajes relajantes. En el Centro de estética Nuria González cuentan con masajistas con experiencia que ofrecen los mejores masajes para alcanzar el grado máximo de bienestar.