Tradición, unión y ambiente festivo han sido los protagonistas este sábado en Villar de Gallimazo durante la celebración de su octava Matanza Típica, que concentraba la atención de vecinos y visitantes durante toda la mañana.
Ni la intensa lluvia ni las bajas temperaturas han podido con este recuperado rito, patrocinado por el Ayuntamiento de la localidad y la Diputación de Salamanca, que arrancaba al filo de las nueve de la mañana con los primeros preparativos del cerdo y sus piezas.
A las diez de la mañana comenzaba la celebración, momento en el que las perrunillas, el aguardiente y la música tradicional del grupo dulzainero Alborada ponían en marcha el evento, mientas a la par come
nzaba el chamuscado y la preparación de las diferentes piezas cárnicas que han sido tratadas a mano, al estilo más artesano y en manos bien expertas.
Las degustaciones, primero en el almuerzo y luego en la comida de hermandad, a base de chicas, huevos fritos y patatas, eran los principales protagonistas del ecuador de esta festividad que ha continuado movilizando a vecinos en cada uno de los procesos de tratamiento de las carnes, como la creación de los farinatos.
El humor del monologista Roberto Chapu ponía el punto y final al programa oficial de esta cita que ya se ha convertido en un clásico dentro del calendario de acciones en la localidad y la comarca de Peñaranda.