No sé dónde nos presentaron, pero nos conocimos en un pasillo. Ella cuidando a su madre y yo a la mía. Cruzábamos sonrisas, saludos, comentarios? Holas y hasta mañanas.
Aprendió a hacer ganchillo y le empezó a gustar (es habilidosa y se entusiasma). Comenzó haciendo pulpos para bebés prematuros. Con lanas muy suaves, esos pulpos ayudan en el proceso de maduración de esos bebés, pues tenerlos en sus manos favorece su estimulación. Primero hacía la cabeza. Después, bordaba ojos, pestañas, boca? Luego la rellenaba de algodón sintético para que al lavarlo no se deformara, y seguía con las patas, una, dos, tres? hasta ocho, saliendo de esa cabeza grandota. Al terminar, a veces hacía un lazo, un sombrerito de otro color? incluso alguna visera vi, que daba al pulpo aspecto de pillo. Después, los entregaba en las incubadoras.
Había gente que quería uno en cuanto los veía, o le preguntaban para comprarlos; ella siempre decía que esos pulpos se hacían de una forma determinada para los bebés y que no eran para vender. Pero regaló más de uno. Así supe que además de trabajadora, es generosa.
Un día hice un broche de ganchillo para su madre. Ella hizo otro para la mía (es agradecida). Cada noche sacaba un rato para hacer alguna labor, y al acabar me la enseñaba en fotos del móvil. Pulpos de distintos colores, una toquilla para su madre, un cojín para su hija... Así fue pasando el tiempo.
Finalmente su madre falleció. Lo sentí muchísimo. Como en ese momento no estaba allí, la llamé, la escribí? Cada día me acordaba de ellas y enviaba energía para que lo pudiera superar.
Empecé a mandarle los enlaces de los artículos al móvil para que le hicieran compañía. Al principio se sorprendió, porque no sabía que yo escribo. Un día me envió un mensaje de voz que me emocionó, porque me comentaba que le gustaba mucho mi forma de escribir con tanto sentimiento y que no sabría decir cuál era su artículo favorito, "quizá el último, Detrás de tu perfil", dijo. Aquel mensaje me tuvo sin pisar el suelo una semana. Flotar y mucha gratitud. Así que seguí cumpliendo cada viernes mis envíos.
Llevábamos semanas sin vernos. Teníamos pendiente un café que no llegaba. Entre unas cosas y otras? Demasiados quehaceres para tan poco tiempo?
La verdad, es que echaba de menos esas charlas. Y un día ya entrado el verano, decidí escribirle un wasap: "Ya veo que no te acuerdas nada de mí?" (con iconos sonrientes). Ella respondió que no era cierto? Que estaba de vacaciones y que ya nos veríamos para ese ansiado café.
Por fin quedamos en una terraza, muy agradable encuentro. Y poniéndonos al día, de pronto, me dice: "Bueno, esto es para ti"? Y me acerca una bolsa blanca de papel con algo envuelto en papel de seda también blanco (es muy detallista). Me emocioné, porque no esperaba más regalo que su compañía. La bolsa contenía algo blandito? (Un cojín, pensé). Al sacarlo y separar el papel de seda, encontré mil colores del arco iris que se envolvían en el cielo? Una mantita de colores que me ha hecho desde que empezó el verano. Muchísima emoción me embarga desde ese día? ¡Qué preciosidad!, dije. En ese momento, la camarera llegaba para recoger las tazas, y asintió: "sí que es verdad, es preciosa". Me dijo mi amiga: "Para cuando escribas".
Mientras yo tejía palabras, ella tejía colores, mientras yo tejía echar de menos ella tejía recuerdos, mientras yo le enviaba relatos ella me tejía abrigo?
Nunca nadie, salvo mi madre, había hecho algo similar para mí. Algo punto a punto, hilo a hilo, madeja a madeja? Noche tras noche, a ratitos robados, ha tejido mi sueño de escritora, ha pensado en mí, me ha querido, cuánto valor tiene el tiempo?
La amistad se teje con palabras, con holas y hasta mañana, con sonrisas, con sofocos, abanicos de colores oxigenan los problemas, y personas que escuchan, que ayudan, que te regalan su minuto, su recuerdo?
Deseaba llegar a casa y buscar un sitio a la mantita? encima de un sillón, sobre la cama? Y tras pasearla por todo mi hogar para que coja confianza y se sienta bien, he decidido que el espacio ya lo tiene: su lugar es la amistad, viene "de fábrica". Así que? A veces está doblada sobre un sofá, o extendida sobre la cama, o dejada caer con mimo, a lo largo, a lo ancho? Dobladita en un cuadrado? Cada vez que entro en casa, la veo, me la encuentro, la saludo, la acaricio? la agradezco. Está a mi lado o en mi respaldo mientras escribo? Mi manta de escritora. Mantita de colores? Arco iris en casa. Hilos de amistad que me acompañan.
Dedicado a todas las personas que me cuidan tanto leyéndome y me esperan cada viernes, a quienes dicen que les hago sentir y reflexionar y a quienes permanecen callados pero también reflexionan y sienten. A cada lector, me imagino vuestros nombres, vuestras caras, que os digo buenos días y hasta mañana. Celebramos hoy treinta semanas, más de 800 lectores fieles aquí en la columna, más de 600 visitas al blog desde finales de septiembre? Hilos que nos unen. Sois los protagonistas de esta aventura. Gracias. Hasta el viernes.
mioficioescribir.blogspot.com
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