Por disponer de una renta inferior a 684 euros mensuales y no poder afrontar gastos como vivienda, calefacción, alimentación básica, o imprevistos
Los hogares monoparentales en España ya representan el 10%,3 del total y rozan los 2 millones. En 2017 se contabilizaron 1.842.800 familias compuestas por un adulto y uno o más hijos dependientes, el 83% de ellas encabezadas por una mujer.
Son algunos de los datos que recogen el 7º Informe #MonoMarentalidad y Empleo de la Fundación Adecco, en base al informe AROPE, de la para lo que se ha realizado una encuesta confidencial a 500 mujeres con responsabilidades familiares no compartidas. Su perfil sociodemográfico es el de una mujer entre 36 y 45 años, divorciada, con un hijo y estudios secundarios. En el caso de Castilla León, con una tasa de riesgo de pobreza y exclusión social del 23%, la cifra se elevaría al 44% en el caso de los hogares compuestos por un adulto y uno o más hijos dependientes.
Pero, ¿qué personas se consideran en riesgo de pobreza y exclusión?:
-Vivir en un hogar con una renta inferior al umbral de la pobreza (el 60% de la mediana de la renta nacional, fijada en 684 euros mensuales).
-Estar en privación material severa, no pudiendo afrontar, al menos, cuatro de los siguientes gastos: vivienda, calefacción, vacaciones, alimentación básica, gastos imprevistos, teléfono, televisor en color, lavadora o automóvil.
-Vivir en un hogar con baja intensidad de trabajo (inferior a 0,2), definida como la relación entre el número de meses trabajados por todos los miembros de la unidad familiar y el número total de meses que podrían trabajar, como máximo, todas las personas en edad laboral de dicho hogar.
Algunas cifras:
-La tasa de riesgo de exclusión y/o pobreza entre las familias monoparentales asciende al 53,3% a nivel nacional.
-Las dificultades de acceso al empleo se convierten en el mayor desencadenante de pobreza: un 43% de estas mujeres no tiene trabajo, mientras que un 17% afirma tener algún tipo de ocupación, pero sin contrato: el 11% de estas últimas figura en los registros de desempleo, mientras que el 6% restante no ha acudido a los mismos por desmoralización o situación de irregularidad.
-7 de cada 10 lleva más de un año sin empleo: un 48% supera los 24 meses y un 22% lleva entre 1 y 2 años desempleada.
"Este desempleo de larga duración puede derivar en la economía sumergida: la ausencia prolongada de ingresos conduce a muchas mujeres a desempeñar trabajos no regulados, concentrados principalmente en sectores como la hostelería, la atención a personas dependientes y/o el servicio doméstico. Una realidad que tiene nefastas consecuencias en la economía global y que, además, genera una preocupante desprotección del trabajador, conduciendo a la precariedad y a la exclusión", destaca Francisco Mesonero, de la Fundación Adecco.
"Frenar esta precariedad exige dar un impulso definitivo a las políticas de flexibilidad y conciliación, a través de iniciativas como la prolongación de las bajas de maternidad/paternidad de las personas al frente de una familia monoparental, con retribución salarial completa o el impulso de políticas activas de empleo que garanticen su acceso al mercado laboral de forma sostenible".