Salamanca recuerda ese hecho con el nombre de una calle, en la trasera del Liceo, y una pequeña escultura que recrea aquel episodio
Es sin duda una de las leyendas más conocidas que rodean al patrón de nuestra ciudad, San Juan de Sahagún.
Algunas calles quedan ya marcadas por algún hecho que en ellas ocurrió. Así pasó con la calle Tentenecio donde San Juan de Sahagún, detuvo a un toro bravo que se había escapado. Pero el Santo también fue protagonista de un milagro en la calle Pozo Amarillo.
Cuentan que a mediados del siglo XV un niño cayó a un profundo pozo, pero Juan echó su cíngulo, que llegó hasta donde el niño pudo tomarlo. El santo entonces hizo subir el nivel del agua hasta que el niño llegó a la superficie. Así se recuerda una escultura de antaño en la calle con un tejadillo a modo de altar.
Pero exactamente no se sabe de dónde proviene el nombre de Pozo Amarillo. Durante unas obras de pavimentación en la calle en 1991, se encontraron dos pozos de los que se surtían las personas de ese lugar.
El primero, sellado en 1860 que corresponde al milagro. El segundo, más cercano a la plaza del Mercado es el que verdaderamente se cree que da nombre a la calle desde hace ocho siglos, su agua era de color ocre, y de ahí el nombre de "Amarillo".
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