La inundación del Arrabal del Puente fue completa, alcanzando las aguas más de dos metros de altura dentro de las casas.
Durante los días comprendidos entre el 17 y el 23 de diciembre de 1909, diversas perturbaciones culminaron en una gran borrasca que afectó a todo el noroeste de la península y particularmente a nuestra provincia, sobre todo a Ciudad Rodrigo.
Según las noticias de la prensa de entonces, desde principios de mes toda la provincia estaba castigada por una lluvia incesante que a cortos intervalos parecía ceder, para arreciar con nuevas y mayores trombas de agua acompañadas de un viento huracanado.
La rotura de la pesquera de la fábrica de harinas "La Concha", unido al retroceso que tenían las aguas en el terraplén de la carretera del Bordón y no ser suficientes los arcos del Puente Nuevo para desalojar el agua contenida, la inundación del Arrabal del Puente fue completa, alcanzando las aguas más de dos metros de altura dentro de las casas.
Desolador también fue el aspecto de Ciudad Rodrigo que se llevó una de las peores partes. El Águeda, con una fuerza irresistible, rebasaba los límites de las mayores inundaciones conocidas; parte de sus casas, en su mayoría humildes viviendas de trabajadores fueron inundadas, mientras sus dueños desde la muralla contemplaban la desgracia que los dejaba en la miseria.
FOTOGRAFÍA
Fuente: Salamanca en el ayer.
Aspecto del río Tormes durante el temporal de 1909. Fotografía de Venancio Gombau. Publicada en Nuevo Mundo el 30-12-1909.