Representación de 'Teresa, la jardinera de la luz' en la Universidad de Salamanca, a cargo del grupo teatral Lazarillo de Tormes
En este otoñal 6 de octubre, la Universidad de Salamanca vuelve a recordar el nombramiento que hizo en la persona de la carmelita del XVI, Teresa de Jesús, como doctora "honoris causa" por esta prestigiosa institución. Los salmantinos han vivido intensamente a lo largo de este 2018 sucesivos y numerosos actos conmemorativos del VIII centenario de su creación por el rey Alfonso IX. Pero en esta ocasión ha tenido lugar en la bella capilla renacentista de nuestra Antigua Universidad un evento que si bien ha señalado de manera especial esta fecha, ha sido programado fuera de este circuito de actos para centrarse sobre todo en la figura de nuestra universal santa.
Dada la especial mención que ha tenido también este año al ser nombrado por el Papa Francisco, como Jubilar Teresiano, otros muchos acontecimientos en torno a Teresa han tenido cabida en todo el país y en especial en los lugares en los que esta mujer tuvo una presencia señalada, como es el caso de nuestra provincia. En Alba de Tormes murió en uno de los muchos conventos que fundó para la Reforma de su Orden de Carmelitas que convirtió en "Descalzas", y que curiosamente tantas "ampollas" levantó en su época.
En nuestra capital salmantina también dejó profunda impronta en otro convento por ella creado, donde se sabe que vivió intensos momentos místicos. Es lo que actualmente conocemos como 'Casa de santa Teresa'. En la actualidad este edificio sito en pleno centro de nuestra capital, es propiedad de las hermanas de la Congregación de las Siervas de san José, fundadas a principios del pasado siglo por la canonizada y luchadora hermana Bonifacia Rodríguez que tanto trabajó a favor de las mujeres de su tiempo, como dejan constancia el museo allí conservado que da muestra de los talleres que ella impulsó. Ahora es la Residencia para las hermanas mayores merecedoras de un mimado cuidado y descanso.
Todas estas circunstancias parecen haberse confabulado para que una peculiar obra de teatro, tan conocida ya por multitud de espectadores por su extensa singladura representativa, haya sido puesta en escena una vez más en nuestra universitaria capilla para celebrar hechos relevantes que atañen a Salamanca en particular y al mundo de la cultura en general. Cuando 'Turismo' de Salamanca se puso en contacto con "Las Siervas de san José" para resaltar su especial Casa en tan especial año teresiano, no dudaron en que "Teresa, la jardinera de la luz", montaje ya visto por alguna de ellas en varias ocasiones, fuera de nuevo representado para recordar a la carmelita en la ya próxima clausura del año que se le ha dedicado. Como las circunstancias climatológicas de estos días pueden ser imprevisibles, se pensó en un recinto cerrado para su puesta en escena, pues su bonito y turístico patio podría no ser el escenario más adecuado.
Y qué mejor lugar que la Universidad de Salamanca, y en el mismo día en que fuera nombrada doctora "honoris causa" en el año de 1922, siendo don Miguel de Unamuno el vicerrector de la académica institución, y convirtiendo a la santa en doctora universitaria antes que lo fuera de la Iglesia, nombramiento que no llegaría hasta 1970 gracias a Pablo VI. Tantos bien reconocidos méritos, son perfectamente comprensibles a la luz que arroja una puesta en escena, cuyo grupo responsable 'Lazarillo de Tormes', ya lo trajera a este escenario para celebrar su actuación número 75 durante el año 2015 en el que se celebró el V Centenario de Teresa, y para cuya conmemoración fue creada esta obra, a partir del excelente guión que elaborara el no menos excelso dramaturgo irlandés Denis Rafter. Al cabo de más de tres años y medio sigue en los escenarios cosechando éxitos y transmitiendo una forma de hacer teatro de cuya calidad ya nadie duda.
La Capilla de la Universidad de Salamanca tan renacentista como el siglo XVI que habitara aquella monja admirable, es uno de los espacios más emotivos en los que ha representado 'Lazarillo de Tormes'. Ser salmantinos, encontrarse en un recinto tan significativo para su ya tan querida Teresa, y tener la oportunidad de ofrecer como si de la primera vez se tratase su obra, llenó más de fuerza si cabe su buen hacer interpretativo. Todo el público volvió a situarse en el convento de Alba de Tormes y prestó una atención mágica a las obras, palabras y escritos de una mujer que coloreada por la paleta cromática que unas actrices en hábitos de paño de oveja ofrecen con total espontaneidad, parece flotar en una escena en la que el padre dominico que representa a la Inquisición sucumbe ante la luz de su evidencia. La música que sale del órgano del maestro Salinas, en su perfecta réplica actual, añadió una nota especial a un espacio próximo al aula a él dedicada. Y una vez más "Teresa, la jardinera de la luz" recibió unos aplausos, que la emocionada presencia de Rafter reforzó y que son la muestra patente de que una mujer inteligente y humilde ha encontrado un reconocimiento entre los hombres en un recorrido turístico a lo largo de los siglos, como lo fue su paso por el mundo camino de otro.