La expulsión de Artigas marcó el partido, pero el Lorca, que marró un penalti, supo leer mejor el partido y ganar en inferioridad tras una prórroga
Unionistas decía adiós a su primera aventura copera hace unos instantes y lo hacía de forma dolorosa, pues tuvo superioridad numérica tras la primera media hora en un partido en el que hubo que disputar una prórroga. Después de haber eliminado de forma clara al Rápido de Bouzas, los de Roberto Aguirre sucumbían ante un pundonoroso Lorca que acabó leyendo bien el partido para lograr la clasificación. Y eso que Molina se había erigido en protagonista al detener un penalti a Íñigo al borde del final de primera parte de la prórroga.
El equipo fue bastante igualado de inicio con un Lorca que salió con ganas y dominando mientras Unionistas dejaba hacer. El conjunto reaccionaba al borde del cuarto de hora con un disparo de Guille Andrés y se hacía con el mando. El partido cambiaba radicalmente en el 32. El ex del Astorga Gerard Artigas era expulsado y en la siguiente jugada Ribelles ponía el 0-1 al rematar un certero pase de Góngora, que se había convertido en dueño y señor de la izquierda del ataque unionista.
Sin embargo, el Lorca lejos de rendirse lo intentaba una y otra vez ante el equipo salmantino, que se encontraba cómodo. Sin embargo, al borde del descanso y después de que Carlos Molina se lucira, llegaba el empate con el tanto de Andrés.
La segunda mitada arrancó bastante igualada y fue en la recta final, con la entrada de Carlos de la Nava cuando Unionista tuvo más mordiente. Sobre todo en una acción de Juanmi al borde del final. Pero la suerte estaba echada y el Lorca aguantaba para llevar el choque a la prórroga.
Fue allí donde los murcianos, a pesar de su inferioridad dispusieron de alguna opción clara con Glenn. Incluso marraban un penalti al borde del final de la primera parte de la prórroga en la que Carlos Molina volvía a estar excepcional adivinando la dirección y deteniéndolo. Sin embargo, nada más comenzar la segunda parte de la prórroga, Morros remataba un balón para poner el 2-1 que sería definitivo pese al arreón final de Unionistas.