La inmunidad colectiva o comunitaria es aquel estado de resistencia, generalmente adquirido, que han desarrollados los Estados y sus Gobiernos para que los ciudadanos puedan vivir y convivir en una comunidad sin riesgos. Si nos referimos al ámbito general de la Vida los avances socioeconómicos de los países desarrollados y avanzados han establecido sistemas de Seguridad Social para establecer unas coberturas para determinados eventos vitales y situaciones que no van a dejar de presentarse por buena que sea la situación en la que viven. Este es el caso de los accidentes que dan lugar a incapacidad laboral, incapacidades permanentes, dependencia, etc. Estos sistemas se han basado en un valor que ha sido determinante en el desarrollo de las Sociedades Humanas, la solidaridad y el compromiso de los que trabajan y pagan impuestos para paliar situaciones de desventaja o situaciones que pueden dar lugar a exclusión social. A este escenario se ha llegado a través del reconocimiento y aprobación internacional de los Derechos Humanos (DH) por parte de Naciones Unidas (ONU). La 1ª generación de DH para garantizar la libertad de los pueblos y los ciudadanos, la 2ª para garantizar la igualdad y la 3ª la solidaridad y el compromiso social. Esta generación es en la que estamos en la mayoría de los países avanzados y, esta es la que se persigue cuando se quieren fortalecer acuerdos y uniones entre países que comparten visiones y la misión de un mundo más justo y sostenible presidido por el Bienestar y la Calidad de Vida de sus ciudadanos. Esta es en opinión la diferencia entre la Unión Europea y los EEUU y Rusia, ambos presididos por mandatarios que sólo miran al mercado y, su macroeconomía. También para la UE suponen un riesgo los populismos, los nacionalistas y los independentistas.
Por otra parte, cuando en el ámbito sanitario y de la Salud se habla de inmunidad colectiva nos estamos refiriendo a establecer y conseguir unas condiciones de resistencia inmunológica adquirida que trate de evitar y disminuir la transmisión de enfermedades infecciosas y, para esto no existe nada más determinante que la vacunación. Las vacunas tienen dos efectos, uno individual de protección a la persona vacunada y, otro social, la inmunidad colectiva. Para que esta inmunidad sea efectiva a nivel comunitario se necesitan coberturas vacúnales amplias, de niños y mayores, por encima de 90% y, mejor >95%. Esto es así porque cuando sólo 5 personas de cada cien no están vacunados es posible que se den nuevos casos; pero muy difícil que se produzca una Epidemia. Es decir, un aumento significativo de casos.
La noticia recogida por la prensa sobre coberturas vacúnales pone de manifiesto que existen cada vez más niños sin ser vacunados y, es más frecuente en aquellos lugares donde existen movimientos antivacunas. En Salud Pública se maneja que existe un porcentaje del 2% de niños no pueden vacunarse por motivos médicos que lo desaconsejan; pero lo que no es de recibo y, es una irresponsabilidad ante el bien comunitario que otro porcentaje similar dejan de vacunar a sus hijos por motivos ideológicos, religiosos u otros. Sobre las vacunas y la vacunación han existido siempre polémicas e informaciones negativas que se han realizado por conflictos de intereses en los que prevalece el negocio frente a la Salud. En este sentido, los avances tecnológicos pueden suponer un nuevo riesgo y, empeorar esta situación al crear desinformación en la población por la gran difusión de las noticias falsas. En España y, como consecuencia de la no vacunación de niños ya produjo un caso con resultado de muerte en un niño de 6 años en mayo de 2015 y, que fue el primer caso de difteria, después de 28 años.
Estos eventos suponen un déficit en su Salud Pública y, cabe preguntarse porque se dan con mayor frecuencia en la Comunidad Autónoma dónde se busca la independencia. No será que el contexto sociopolítico promociona la falta de solidaridad cuando deberían estar valorando el nivel de Bienestar alcanzado, que es una certeza, frente a la incertidumbre que supone la independencia. Espero por el bien de los ciudadanos que prevalezca la razón y, el sentido común porque las evidencias dicen que este proceso perjudica la Salud Pública y el Bienestar y, que la enfermedad denominada procés no se trasmita porque triunfe la inmunidad comunitaria.
JAMCA
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