Cualquier cosa menos soso

La idea de los patrocinadores es más que buena, excelente. Porque recupera, poco a poco, la energía que debe tener la afición a los toros en esta tierra. Las pilas se acaban en septiembre y es una pena. Lo último que recuerdo, y que viví con vehemencia de aficionado, en festejos de estas características, fue en los noventa, con alumnos de la Escuela de Tauromaquia.

Escuela de Tauromaquia de Salamanca, Empresa, Televisión Salamanca, pueden hacerlo y lo han hecho, un aplauso para ellos. La respuesta del público ayer en la Glorieta da pie para pensar que el personal tenía ganas de vivir algo así, que, sobretodo, mueve mucha gente joven (fundamental) y que vamos a pasar un veranito muy entretenido, taurinamente hablando.

Fueron cuatro los erales que se lidiaron, de aceptable presencia, precioso y manejable el cuarto, de La Campana. El primero, de Carmen Lorenzo, noblote y pastueño. De embestida clara y clase el de López Chaves (vuelta al ruedo), con brío y picante el de Hnos. Asensio. Mucho que torear tuvieron los bureles.

José Manuel Serrano está muy verde con el capote. Con la tela roja más apañado y compuesto, se puso en la distancia en buenos momentos sobre el pitón izquierdo del novillo por donde hizo el avión cuando el joven torero lo supo llevar hasta el final. Soso el torero, asunto preocupante, me parece a mí.

Todo se aprende en esta vida, la suerte suprema también. Esperemos.

Muy suelto y espabilado con el capote Álvaro Seseña en los lances de recibo. Espigado el mozo, está toreado y apunta buena maneras. Entrega a espadas. Oreja.

Buena impresión también la que causó Arturo Gilio, a la altura de la guerra que mantuvo con un oponente codicioso y bravo.

Fran de Vane, que sustituía a Jesús Cuesta, lució desigual en un trasteo largo y por momentos tedioso. Muy ardoroso y atropellado a veces, engarzó buenos muletazos con otros de escasa lucidez. Entusiasmo puso, eso sí. Oreja.

La Banda de Alba de Tormes, dirigida por Mario Vercher, puso el cabal broche sonoro a la primera noche taurina de este Destino La Glorieta, que tuvo en el patio de cuadrillas perfecto acomodo de solaz esparcimiento y flamenquería veraniega.

Toño Blázquez