"Hubo una edad de oro, de la que nos queda, atardecer tras atardecer, a modo de recuerdo, cada uno de los crepúsculos, en que la luz se despide con las galas de sus..." (José Luis Puerto) / Foto de Ángeles Rebollo
Hubo una edad de oro, de la que nos queda, atardecer tras atardecer, a modo de recuerdo, cada uno de los crepúsculos, en que la luz se despide con las galas de sus oros, para dejarnos en el alma esa huella de una belleza cósmica que se nos regala, para que no temamos a la noche.
Oros crepusculares, para rescatarnos, con sus arrebatos, de cualquier caída en la melancolía o en la tristeza. Como aquí, en que el dorado intenso prevalece sobre cualquier oscuridad o cualquier atisbo de desánimo.
José Luis Puerto / Foto de Ángeles Rebollo