En los años cincuenta las calles de Salamanca estaban plagadas de gentes pregonando su mercancía, afiladores o escardadores de lana para colchones
Hace poco más de medio siglo, se podían ver por nuestras calles curiosos tipos populares, vendedores ambulantes, la mayoría pregonando su mercancía, como afiladores de cuchillos y tijeras o los escardadores de lana para colchones, a domicilio.
No podemos olvidarnos de los vendedores de frutas entre los que abundaban los puestos de melones y sandías por las calles de los barrios.
O aquel que pasaba cada tarde con su carrito de los helados ofreciendo sus ricos y refrescantes productos; el heladero pasaba por las puerta, y se detenía para que los niños acudieran a comprarle.
Todos se anunciaban con el nombre del oficio: el frutero, el pescadero, el panadero, el cartero, el lechero o el famoso charlatán.
Otros se establecían en un lugar muy concreto en nuestra ciudad. Los Portales de San Antonio era uno de los sitios elegidos, había vendedores de muy diferentes productos, y algún puesto muy curioso donde los transeúntes podían pararse a tomar un café en los días fríos de la ciudad.
También las churrerías al aire libre tenían su espacio, hoy día más modernizadas continúan existiendo; y es que cambian los años pero permanecen las costumbres.
Todo esto fue desapareciendo. Se acabaron los vendedores ambulantes y sus pregones murieron para siempre. Eran tiempos distintos, ni mejores ni peores, pero que en el fondo no dejaban de tener su encanto.
IMÁGENES DE DIFERENTES VENDEDORES AMBULANTES
PRIMERA:
Charlatán en los alrededores del Mercado Central de Abastos.
(Autor y fecha desconocidos).
SEGUNDA:
Vendedora de melones.
Fotografía: Felipe Torres.
TERCERA:
Tomando café en los soportales de San Antonio.
1927-1928 - Filmoteca de Castilla y León.
CUARTA:
Churrería al aire libre.
(Autor y fecha desconocidos).
QUINTA:
Carrito de los helados en la Plaza Mayor (1932).
Fotografía: Roisin (Institut d'Estudis Fotogràfics de Cataluña)
SEXTA:
Lechero por el Puente Romano.
(Autor y fecha desconocidos).
Esperanza Vicente Macías