El líder socialista toma el relevo tras conseguir 180 votos a favor, frente a los 169 en contra y 1 abstención
Pedro Sánchez ya es el tercer presidente español del PSOE y el séptimo de la democracia española tras el 78, después de lograR la mayoría de los votos en la mocióN de censura contra Mariano Rajoy.
Uno de sus compromisos más importantes es el de mantener vigentes las cuentas impulsadas por el PP y el Gobierno de Rajoy descarta tumbar en el Senado su propio proyecto.
Se mantienen los Presupuestos del Estado
La aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2018 hace apenas nueve días en el Congreso supuso para el Gobierno una bocanada de oxígeno que, salvo imprevistos, dejaba encarrilada la legislatura. Mariano Rajoy había logrado la fórmula de sumar a Ciudadanos y al PNV para sacar adelante las cuentas públicas, que le garantizaban otros dos años de mandato. Todo ello con el artículo 155 en vigencia en Cataluña. Pero la sentencia condenatoria del 'caso Gürtel' y la moción de censura de Pedro Sánchez lo han cambiado todo. La iniciativa promovida por el líder socialista coloca a esta hora a Rajoy fuera del Palacio de la Moncloa pero no hace peligrar los Presupuestos, que «tanto nos han costado sacar adelante», según reconocía este martes un miembro del Ejecutivo.
Sánchez está dispuesto a gobernar con las cuentas aprobadas por el PP, las mismas que hace poco más de una semana rechazó. «No es nuestro presupuesto, pero no lo vamos a retirar por la estabilidad y la gobernabilidad de nuestro país y por responsabilidad de Estado», se comprometió ayer el socialista en el programa de Gobierno que desplegó desde la tribuna del Congreso, bajo la atenta mirada de los cinco diputados del PNV. No hacerlo, le obligaría, en todo caso, a renegociar el paquete presupuestario partiendo de una mayoría parlamentaria aún más exigua. El candidato a la Presidencia defendió también que su Ejecutivo, «europeísta y garante de la estabilidad presupuestaria y económica», cumplirá con el objetivo de déficit.
Con su conversión a las cuentas de los conservadores, Sánchez se garantizó el voto definitivo de los nacionalistas vascos a favor de su iniciativa, imprescindible aritméticamente para desalojar a Rajoy del poder. Los 540 millones de euros que el partido de Andoni Ortuzar había negociado con el actual Gobierno estaban en el centro de la discusión. Una cantidad destinada a infraestructuras claves para el Ejecutivo de Iñigo Urkullu como el tren de alta velocidad -la denominada Y vasca- y la subida de las pensiones que busca calmar al colectivo más reivindicativo del País Vasco y granero importante de votos del partido nacionalista, los jubilados.
«Ustedes se opusieron con un no fuerte, un no es no. Si mantienen los Presupuestos ahora será porque alguien se lo ha pedido», censuró Rajoy a Sánchez e ironizó con que sería precisamente Podemos quién le habría pedido que utilizase estas cuentas como moneda de cambio con el PNV. «Se los van a comer con patatas», avisó a Pablo Iglesias.
Una advertencia con la que Rajoy enterraba la posibilidad de tumbar su propio proyecto presupuestario, que en las últimas horas había planeado sobre el Congreso. El jefe del Ejecutivo rechazaba utilizar así su última bala en la récamara si el PNV le dejaba caer: retirar el proyecto de ley durante el trámite del Senado, donde el PP dispone de mayoría absoluta. Decaerían, así, los principales cambios pactados no sólo con los nacionalistas vascos sino con Ciudadanos como la subida de las pensiones, las mejoras salariales para los funcionarios o las rebajas fiscales en las rentas bajas, principalmente.
No torpedearán sus cuentas
Desde el Gobierno descartan esta posibilidad e insisten en que el PP «es un partido serio como para tumbar los Presupuestos». Sería insólito una formación vetando sus propias cuentas. La intención del Ejecutivo es que los Presupuestos avancen sin cambios en su tramitación en la Cámara alta, es decir, sin introducir tampoco enmiendas al texto para que se aprueben definitivamente a mediados de junio. Ello evitaría que el proyecto volviera al Congreso, donde sería preciso construir una nueva mayoría, y adelantaría su publicación en el Boletín Oficial del Estado. El plazo para presentar enmiendas a la totalidad del proyecto terminan este mediodía aunque se pueden presentar parciales hasta el lunes.
Los Presupuestos en trámite, además, no decaen con un cambio de Gobierno. Como el resto de leyes, solo ocurre eso cuando se disuelven las Cámaras para convocar elecciones. Eso podría ocurrir si, como parece, sale adelante la moción de censura y el nuevo presidente decidiese disolver las Cortes Generales antes de que se aprueben en unas semanas las cuentas en el Senado. Una opción improbable que chocaría con los planes iniciales de Sánchez de mantenerse un tiempo en el Gobierno antes de poner las urnas