El mensaje reivindicativo de los antiautoritarios de la AIT lo trajo de contrabando a España Giuseppe Fanelli, partidario del aliancismo de Mijail Bakunin y de sus incertidumbres. Fanelli llegó con el encargo de organizar la sección española de la Internacional, por lo que creó en Madrid la Federación Regional de los Trabajadores Españoles. Federación que quedó fuera de la ley con la prohibición de las organizaciones obreras que dictó la reaccionaria pleamar del general Serrano. Con la vuelta a la legalidad en 1881 fundaron la Federación de Trabajadores de la Región Española. Sus seguidores recibieron los nombres de apolíticos, libertarios o anarquistas. La máxima libertaria de "ni Dios, ni Patria, ni Rey", cuajó en el ruedo español de los descreídos y se convirtió en la corriente mayoritaria de los proletarios españoles en Andalucía, Cataluña, Aragón y Valencia. El órgano de difusión de su ideología antiautoritaria fue Solidaridad Obrera. Los anarquistas rechazaron la participación política en cualquiera de sus formas, aunque algunos defendieron la acción sindical en el ámbito laboral y en 1910 fundaron la Confederación Nacional de Trabajadores ?CNT-. Otros, los más radicales, se colocaron al margen e hicieron de la "acción directa[1]" o "propaganda por el hecho", su forma de lucha terrorista cometiendo todo tipo de crímenes como la bomba en el Liceo de Barcelona, el asesinato de Cánovas del Castillo y el atentado contra Alfonso XIII entre otros. Esta España dinamitera se hizo tristemente famosa en Andalucía con La Mano Negra[2] y en Barcelona por el duelo suicida contra el pistolerismo patronal.
[1] Método de lucha del sindicalismo anarquista revolucionario que defendía la eliminación del Estado mediante huelgas revolucionarias, levantamientos armados de los trabajadores y atentados terroristas.
[2] Organización anarquista andaluza acusada de cometer varios crímenes en 1882 y 1883. Detenidos y juzgados quince fueron condenados a muerte y siete ejecutados en la Plaza del Mercado de Jerez de la Frontera.
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