Sí están permitidos los avisadores porque su función es guiar al conductor, disponiendo de una base de datos con los puntos donde se hallan los radares fijos
Llevar en el coche inhibidores o detectores de radar de tráfico puede salir muy caro para el bolsillo. Su uso está prohibido, por lo que las multas por su uso pueden rondar entre los 6.000 euros de sanción por los inhibidores, y seis puntos del carné, a los 200 euros de los detectores, y la pérdida de tres puntos. Utilizar este tipo de indicadores puede resultar mucho más caro que hacer frente a una posible multa por superar la velocidad permitida.
La Ley de Seguridad Vial prohíbe expresamente los detectores de radar para eludir la vigilancia de los agentes de tráfico. Se trata de dispositivos con capacidad de detectar la presencia de un radar (fijo o móvil) y avisar al conductor. Los primeros aparatos que ofrecía el mercado iban ocultos, pero desde 2009 la mayoría eran portátiles y se instalaban con una ventosa al parabrisas.
También está prohibido el uso de inhibidores, que tienen la capacidad de emitir una frecuencia que anula la que emite el radar, de manera que le impide detectar vehículos que excedan el límite de velocidad. Ya estaban prohibidos y su uso conlleva una sanción grave, con multa de 6.000 euros y retirada de 6 puntos, mientras que la multa a los establecimientos que instalen estos dispositivos llega hasta 30.000 euros.
Frente a la prohibición de ambos dispositivos, sí están permitidos en el vehículo los avisadores, porque su función principal es guiar al conductor a seguir un itinerario, disponiendo de una base de datos con los puntos donde se hallan los radares fijos que le permite emitir una señal de aviso cuando el vehículo se acerca a un radar.