El consumo excesivo de alcohol está implicado en más de 200 enfermedades, tal y como subrayan los expertos de la Sociedad Española de Medicina Interna
El alcohol es la sustancia de abuso más consumida en España, ya que, según los datos de la encuesta por edades del Plan Nacional sobre Drogas se estima que, en el último año, alrededor de un 80% de la población lo ha ingerido. Además, afecta también a los más jóvenes, ya que un 30% de las personas de entre 15 y 17 años ha bebido alcohol "de forma intensiva" en los últimos doce meses, según datos de esa encuesta.
Todo ello lleva a que el alcoholismo se convierta en un importante problema sociosanitario en nuestro país. De hecho, el consumo excesivo de alcohol está implicado en más de 200 enfermedades. Para abordar esta problemática, sus consecuencias y las últimas novedades en la biología del alcoholismo, la Sociedad Española de Medicina Interna ha celebrado este fin de semana en Madrid la V Jornada sobre Alcohol y Alcoholismo.
"Durante los diez años de vida del Grupo de Alcohol y Alcoholismo de la SEMI, hemos puesto en marcha diversos estudios multicéntricos (por ejemplo sobre encefalopatía de Wernicke o síndrome de abstinencia de alcohol) y desarrollado varias líneas de investigación relacionadas con el alcohol, entre las que destacan las que estudian las alteraciones de la respuesta inmune o los cambios genéticos asociados al alcoholismo", afirma el doctor Francisco Javier Laso Guzmán, coordinador del Grupo de Alcohol y Alcoholismo de la SEMI.
Así, en esta reunión se contempla el consumo de alcohol bajo tres vertientes: práctica clínica, investigación y divulgación (difusión mediática). Desde el punto de vista clínico, los expertos enfatizan la importancia que tiene el abordaje multidisciplinar en estos pacientes y destacan el papel central de la Medicina Interna en la asistencia a pacientes alcohólicos.
"Teniendo en cuenta que el alcoholismo es un continuum (se empieza siendo bebedor de riesgo, luego el consumo es perjudicial para el propio individuo o para los demás, y finalmente se desarrolla la dependencia por el alcohol), desde nuestro grupo de trabajo hemos contribuido a implementar la importancia del abordaje multidisciplinar e insistido en la prioridad de que el internista identifique lo más precozmente posible el consumo de riesgo, es decir, más de cuatro unidades de bebida estándar (UBE) al día en el varón, y más de dos UBE al día en la mujer", asevera el doctor Francisco Javier Laso Guzmán.
Como ejemplo de este abordaje multidisciplinar, durante la jornada se aborda la experiencia de trabajo conjunto entre internistas y psiquiatras en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Consecuencias del consumo alcohólico en la diabetes
Durante la jornada, también se tratan las consecuencias del consumo alcohólico en el manejo de la diabetes mellitus. "Destaca el alto riesgo de hipoglucemias tanto con el consumo diario como intensivo (en atracones), lo cual es debido a los propios efectos del alcohol sobre el metabolismo de la glucosa y a sus interacciones con los fármacos antidiabéticos", destaca el especialista.
Asimismo, numerosos estudios han vinculado el consumo crónico de alcohol en el paciente diabético a una menor adherencia y cumplimiento terapéutico, lo que conlleva un peor control glucémico y mayor incidencia de complicaciones derivadas de la diabetes, entre ellas la polineuropatía, que también es un efecto tóxico del propio alcohol. "Por tanto, el alcohol ha de ser considerado un factor de riesgo para un peor control glucémico y una mayor progresión de la enfermedad, y por ello es necesaria una intervención específica por parte de los médicos desaconsejando su consumo en pacientes diabéticos", comenta el doctor.
Avances en la biología del alcoholismo
En los últimos años, los avances principales en la biología del alcoholismo se centran en tres aspectos destacados: telómeros, microbiota y micro ARN (miARN). Los telómeros son fragmentos de ADN que protegen al material genético de la posible degradación y se acortan progresivamente a lo largo de la vida, por lo que su longitud es considerada como un marcador de la edad biológica de los pacientes, relacionándose además con la aparición de tumores y otras enfermedades asociadas al envejecimiento.
"Desde el Grupo de Alcohol y Alcoholismo de la SEMI hemos sido los primeros que hemos conseguido demostrar un acortamiento de los telómeros en pacientes con alcoholismo crónico, lo que podría contribuir también a un acortamiento de la vida y al posible desarrollo de neoplasias", asegura el especialista.
Por su parte, los progresos también abordan la importancia de determinar si la microbiota intestinal (conjunto de bacterias que habita en el intestino) se encuentra afectada por el consumo de alcohol o si, por el contrario, es la causa de que un paciente sea más proclive a su consumo. "Se han realizado estudios en este sentido desde el Departamento de Psicobiología de la Universidad Complutense, llevados a cabo por el profesor López Moreno, comprobando que la preferencia y el consumo de alcohol sí está regulado por la microbiota intestinal", recalca el doctor.
"Por ejemplo, transferir microbiota intestinal de un animal dependiente de alcohol a otro animal que no lo es hace que este último beba significativamente más alcohol. Por tanto, la manipulación de la microbiota intestinal, por ejemplo, a través de psicobióticos (prebióticos y probióticos), podría ser relevante para el tratamiento de los trastornos asociados al alcohol", explica el doctor Francisco Javier Laso Guzmán.
Por último, los miARN son pequeñas moléculas que regulan la expresión de determinados genes y están implicados en prácticamente todos los procesos fisiológicos y patológicos. "Recientemente, se ha demostrado (con una importante contribución de investigadores de nuestro grupo en la Universidad de Salamanca) una relación entre el consumo de alcohol y alteraciones en la expresión de diferentes miARN. Lo más destacable es el papel que juegan de los miARN en el desarrollo de la enfermedad hepática alcohólica, al promover importantes cambios inflamatorios en el hígado de pacientes alcohólicos crónicos", concluye el experto.