Hay un diálogo aquí entre lo efímero (esas policromías tan hermosas como poco duraderas de las flores) y lo permanente (esa fachada de oro, en la puerta de los ramos? (José Luis Puerto) / Foto de Ángeles Rebollo
Hay un diálogo aquí entre lo efímero (esas policromías tan hermosas como poco duraderas de las flores) y lo permanente (esa fachada de oro, en la puerta de los ramos, que en el futuro verán otros ojos distintos de los nuestros).
Lo primero es más llamativo, nos pasa más desapercibido lo segundo. Pero en ambos se encuentra la belleza -la natural y la humana-, como dos manifestaciones, tan concordantes en el fondo, de esa aspiración de la vida hacia la plenitud.
José Luis Puerto / Foto de Ángeles Rebollo