El equipo azulón recibe mañana, a las 21 horas, al Uni Girona en busca de su tercer título cosecutivo. Moss es seria duda
Trece finales consecutivas, bicampeón en las dos últimas temporada y con cinco títulos en su palmarés convierten a Perfumerías Avenida, de largo, en el equipo más laureado en la Liga Femenina y en el baloncesto femenino español. Un dominio que el equipo charro quiere alargar a partir de este jueves en el arranque de una nueva final en la que las charras se medirán al Uni Girona tras eliminar de forma aplastante al Uni Ferrol, el único equipo que fue capaces de vencerlas este año en la competición doméstica.
Y el comienzo no puede ser mejor que en el escenario perfecto, un pabellón de Würzburg que, a partir de las 21 horas del jueves estará a reventar para llevar a las de Miguel Ángel Ortega en volandas hacia el título. Un Miguel Ángel Ortega que afronta sus últimos partidos en el banquillo perfumero tras anunciar su marcha mediada la temporada. Además, las cámaras de Teledeporte serán testigo de ello.
No hace demasiado tiempo, poco más de un año, pensar en un triplete nacional era una osadía y casi se susurraba por miedo a desvanecer el sueño. Un año después, con uno en el zurrón, y 2/3 partes de otro, el reto sigue estando vivo para el equipo azulón. Llegar y mantenerse, vencer y coneguir la hegemonía. Parecen dos cosas parecidas pero hay un mundo entre ambas. Ese mundo es el que se sitúa a dos o tres partidos de distancia ante el rival clásico de los últimos años, un UniGirona con motivación extra para derribar la muralla azulona por primera vez esta temporada.
Fuente: Perfumerías Avenida
Los precedentes no juegan, ni mucho menos, en este duelo final que decide una temporada, ni tan siquiera pesan. Si acaso deben valer para que Avenida se sienta con pies de plomo sabiendo que las rachas no son eternas y alargarlas depende de la máxima concentración. O quizás para poner un punto más de coraje en un rival que armas tiene para derrocar al campeón, como han demostrado algunos "más que igualados" duelos de esta campaña.
Una campaña para cerrarse, de nuevo, con un broche de platino, no de oro, si se consigue el último peldaño. Avenida llega a este punto en la mayor plenitud que permiten los cuerpos a estas alturas, tras ocho meses y cincuenta partidos en las piernas, pero sólido como una roca. En las últimas horas, sólo un lunar en forma de problemas físicos, los de una D'Andra Moss que apenas ha podido entrenar estos días y, casi con total certeza, no podrá participar mañana en el primer duelo de la final.
Conocer al rival no siempre es una ventaja, lo positivo es que sea ventaja o desventaja lo es para ambas escuadras que cumplirán mañana su quinta batalla tras la Supercopa, Copa y dos encuentros de Liga regular. Las gerundenses habrán hecho borrón y cuenta nueva porque así debe ser en la final y, además, vienen, como Avenida, en uno de los mejores momentos del año, con un bloque en el que destacar a una es complicado y en el que desde Colhado a Evans, de Buch a Martínez, o de Traoré a Mendy, cualquiera puede hacer un roto en el rival.