El grupo de Teatro Lazarillo de Tormes sigue su gira provincial para conmemorar el Año Jubilar Teresiano
Situado a una gran altura sobre el nivel del mar, como lo está la capital salmantina, y bajo la perspectiva que se divisa desde su Teso más alto, el de la ermita de La Virgen del Viso, se encuentra ubicado el municipio de Monterrubio de Armuña. Desde lo alto de este popular Cerro del Viso, se puede ver en días claros de luz diáfana, las ondulaciones de diversos colores que forman a sus pies una alfombra como de mar salpicado por una variada paleta cromática. Son los sembrados de distintos cultivos y pastos que como la luz cambian al ritmo de las estaciones. Desde allí se tiene la sensación de poder abarcar toda la Comarca de la Armuña con un solo grito de nuestra garganta.
Hasta allí se acercó incansable el grupo de teatro 'Lazarillo de Tormes', que a pesar de su imparable calendario de actuaciones, promovido por la Diputación de Salamanca, incluso durante los días pascuales, no dudó en llevar "Teresa, la jardinera de la luz", en un martes, laborable para muchos, por lo que se prefirió las horas más vespertinas para su representación. El escenario, como siempre, la iglesia parroquial del pueblo, que en Monterrubio tiene como titular a san Miguel Arcángel, cuya fiesta celebran con dedicación y alegría los monterrubianos en los primeros días del mes de mayo. Este edificio del que se sienten muy orgullosos, y en cuyas reformas se implican todos, tiene en su interior interesantes obras artísticas del XVIII, y de nuevo fue un marco único para este también único montaje.
Ya casi nada se podría añadir a todo lo dicho acerca de este trabajo teatral, dada la altura de calidad alcanzada y cuyo aval más claro está no sólo en el gran número de representaciones realizadas, sino en las muestras de admiración por parte de tantos espectadores como han acudido a verla, o incluso los deseos de muchos de ellos de volver a hacerlo. La razón es clara también: con esta puesta en escena, se tiene la sensación de estar ante algo importante y peculiar, elegante por lo sencillo y profundo en su contenido. Con una declamación bien articulada, enérgica y clara, que en ningún momento necesita de megafonía, nos llegan las voces de los actores de 'Lazarillo de Tormes', de forma tan profesional que parecen dedicar exclusivamente sus vidas al mundo del teatro, dato este que está muy lejos de su realidad cotidiana.
También la realidad cotidiana de Teresa de Jesús se nos entrega en esta obra de forma bien distinta a la que la mayoría conocíamos hasta ahora. Asistimos con una luz nueva, que parece emanar de su propio título, a la vida de una mujer de carne y hueso que en voz muy alta y clara proclamó a los cuatro vientos la verdad en la que creía. Contando una de sus tantas y agotadoras fundaciones por esas tierras de nuestro mapa, y señalando el bello Cristo de talla antigua del retablo de San Miguel, una de sus hermanas, en las que se transforman estas tan creíbles actrices, nos desvela la clave de la carmelita: "todo lo hacía por mandato divino". Y ese "todo", lo descubrimos en "Teresa, la jardinera de la luz". En cada escena, en cada frase de los diálogos, la narración de sus viajes y fundaciones, en cada una de sus palabras, poemas y escritos, vemos, como desde lo alto del Cerro del Viso, distintos campos de colores que conforman a la mujer que revolucionó la sociedad civil y religiosa, poderosa y humilde, masculina y femenina del XVI. Y también desde lo alto de un púlpito nos vuelve a conmover observar la luminosidad de lo grande cuando se pone a los pies de la humildad.
Razón e inteligencia de una mujer que supo manejar los hilos de la sociedad injusta en la que vivía con amor y paciencia, arrancaron de nuevo los aplausos de un pueblo que como las espigas de los campos que habita, crece y progresa lleno de la riqueza que le aporta gente de todas las edades. Desde lo alto del altar de su iglesia de san Miguel Arcángel, los actores de 'Lazarillo de Tormes' agradecieron emocionados el reconocimiento de Monterrubio que supo ver en esta obra a una mujer moderna que luchaba como ellos para que todo creciera a su alrededor.