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La Cofradía de La Cruz rompe moldes con la nueva procesión de las Cinco Llagas
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SEMANA SANTA 2018 , MARTES SANTO

La Cofradía de La Cruz rompe moldes con la nueva procesión de las Cinco Llagas

Actualizado 27/03/2018
David Rodríguez

CIUDAD RODRIGO | Todo el público que la presenció en una noche muy agradable se quedó muy sorprendido por la puesta en escena

La Semana Santa Mirobrigense vivió en la noche del Martes Santo el esperado estreno de la Procesión de las Cinco Llagas de Cristo de la Ilustre Cofradía de la Santa Cruz con la cual se ha recuperado la cifra de 12 desfiles en Ciudad Rodrigo, y se ha devuelto la actividad procesional a la noche del Martes Santo que se perdió el año pasado al suprimir la Cofradía del Nazareno la procesión de Los Azotes.

La Cofradía de la Santa Cruz había anunciado que quería que este nuevo desfile fuera diferente al resto, apostando por el recogimiento, al alejarse de grandes vías y optar por calles estrechas y sinuosas que invitasen a la reflexión. Sin embargo, las particularidades de este desfile no acabaron ahí, ya que llegado el momento del arranque, la Cofradía rompió todos los esquemas con una inesperada puesta en escena que sorprendió a todo el público que se había congregado en la Plazuela Cristóbal de Castillejo para ver salir la procesión de la Iglesia de San Pedro-San Isidoro.

La Cofradía de La Cruz rompe moldes con la nueva procesión de las Cinco Llagas   | Imagen 1Precisamente, esa fue una de las novedades: que todos los participantes en la procesión salieron del interior del templo, encendiendo a las puertas del mismo unos cirios-antorchas reales con los cuales procesionaron. Los cofrades, que iban sólo con capucha, desfilaron de dos en dos por el centro de la calzada, en vez de por los laterales de la misma como ocurre en el resto de procesiones (excepto en la de La Borriquilla).

La comitiva de la noche del Martes Santo se abrió con un cofrade tocando una esquila y una cruz a la que escoltaban dos cirios. A continuación, empezaron a salir más cofrades con cirios, hasta que llegó la hora de sacar la imagen protagonista de la procesión: el Cristo de la Buena Muerte del siglo XVII que se encuentra en la Iglesia durante todo el año. La salida de este Cristo, portado por varios cofrades, fue similar a la que hará en la noche del Jueves Santo el Cristo del Silencio. Sin embargo, aquí no se colocó en ninguna carroza, sino que procesionó a hombros, un detalle que tampoco había sido desvelado.

Tras la imagen, desfiló el párroco de San Pedro-San Isidoro, Ángel Martín Carballo, y representantes del resto de Cofradías de la Semana Santa Mirobrigense, que tomaron parte en el desfile con sus túnicas y sus varas, pero sin los capuchones, como se hace desde el año pasado.

Además de la rompedora puesta en escena, totalmente diferente al resto de procesiones de la Semana Santa Mirobrigense, esta nueva procesión tenía como peculiaridad las Cinco Llagas que le dan nombre, consistentes en cinco textos que fueron leídos a lo largo del recorrido en lugares de alto valor monumental.

La Cofradía de La Cruz rompe moldes con la nueva procesión de las Cinco Llagas   | Imagen 2De este modo, en el discurrir por la Plazuela Cristóbal de Castillejo, San Juan, Gigantes, Plaza Cristóbal de Castillejo, Campo del Pozo, Gigantes, Rúa del Sol, Caballeros del Santo Sepulcro, Campofrío, Muralla, Enrique Zarandieta, Campo del Pozo y de nuevo Cristóbal de Castillejo hubo paradas a las puertas del antiguo Convento de las Franciscanas Descalzas (lo que es hoy en día la Residencia Obispo Téllez), la Casa de los Vázquez (Correos), la Iglesia de la Venerable Orden Tercera, la Casa de los Miranda (en las Cuatro Calles) y la propia Iglesia de San Pedro-San Isidoro para rematar.

Los textos a los que se dio lectura en esos puntos habían sido escritos por el Obispo Raúl Berzosa, pero el encargado de pronunciarlos fue Ángel Martín Carballo, en sustitución de quién lo iba a hacer inicialmente, el capellán de la Cofradía de la Cruz, Celso Martín Santos, que sufrió hace unos días un grave problema de salud que le mantiene en el Hospital.

Con esos textos se quiso denunciar las Cinco Llagas 'vivas y sangrantes' del siglo XXI: los niños no nacidos y la infancia maltratada; la trata y explotación de mujeres y el turismo y comercio sexual; las grandes masas de migrantes y desplazados; las grandes bolsas de pobres, descartados y sobrantes del Planeta; y las víctimas inocentes del terrorismo, guerras y violencias, y la destrucción ecológica de la Madre Tierra. A la conclusión de la lectura de cada Llaga (que contenía una oración) el Coro de San Andrés interpretó una pieza.

La procesión transcurrió a un ritmo lento, durando hora y media, aunque entre la novedad y que hacía una noche muy agradable, no se hizo pesada, concluyendo con aplausos antes de introducir de nuevo la imagen del Cristo en la Iglesia de San Pedro-San Isidoro.

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