Cerca de 180 comensales degustan las sopas de ajo de Manos Unidas

El salón de actos de la sede de la calle Velayos del Colegio Misioneras de la Providencia-Santa Teresa de Jesús fue escenario a última hora de la tarde del jueves de la tradicional Cena del Hambre de la Delegación Diocesana de Manos Unidas, con la cual la entidad ha puesto este año punto y final a la Campaña contra el Hambre que también ha incluido una Eucaristía y la Operación Bocata.

La Cena del Hambre contó con cerca de 180 comensales, llenándose por completo todos los sitios disponibles en las mesas que se habían preparado, siendo necesario incluso instalar a última hora alguna mesa adicional. Como es tradición, esta Cena consistió en un plato de sopas de ajo que habían sido elaboradas por un grupo de voluntarios, acompañadas de una manzana como postre.

De forma previa al reparto de las sopas de ajo, hubo una conferencia, que este año corrió a cargo del párroco de El Salvador José María Rodríguez-Veleiro, quién explicó el viaje que realizó el pasado verano a Zimbabwe, que es precisamente el país con el que colabora este año la Delegación Diocesana de Manos Unidas.

Concretamente, el proyecto para el que se quieren recaudar un total de 27.365? es el empoderamiento de jóvenes vulnerables mediante el aumento de su capacitación profesional a través de programas de formación en albañilería, carpintería, electricidad, corte y confección o catering, para los que precisan nuevas herramientas y maquinarias.