Disfrutaba en mi infancia con los charlatanes de feria que nos embobaban a los oyentes, pudiendo llegar a vendernos pellizas de lana en agosto porque su capacidad embaucadora hacía inútil toda resistencia a caer en sus manos, aunque al acercarnos al tenderete que montaban fuéramos convencidos de no comprar nada, y menos una navaja multifunción que incluía en su precio dos maquinillas de afeitar, tres peines, cuatro bolígrafos, un tubo de chicle Bazoka y dos bolsas de caramelos Saci.
Pero este itinerante oficio, caracterizado por un continuo nomadeo de feria en feria, se ha tornado sedentario en las tribunas políticas y ya no venden utensilios, aparatos, menaje, lupas o imanes, como el gitano Melquiades en Macondo, sino botes vacíos, falsas promesas, humo descolorido, mentiras embotelladas y conejos de chistera que los embaucadores muestran a los corifeos.
Es propio de los actuales charlatanes hablar por hablar, sin saber de qué hablan mientras los oyentes enmudecen con su palabrería y compran navajas de madera para cortar la corrupción, guantes de látex picados que les infectan las manos con inmoral estiércol, llaves falsas de inexistentes cofres salvadores y papeletas electorales que compran los abducidos por diferentes tribunas partidistas de multicolores escaños.
La charlatanería se expande como mancha de aceite en papel de estraza, contaminando con desesperanza y frustración corazones vírgenes y crédulos apostantes por un juego político donde siempre ganan los mismos con el aplauso de los perdedores, que siguen esperando la verdadera redención que amenaza con no llegar nunca, como le ha sucedido ayer a un enfermo terminal que se pagó un taxi para regresar de Valencia a su casa alicantina, porque las ambulancias amenazaron con dejarlo en la frontera provincial.
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.