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Alencart navegando el cuerpo del amor
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ANTOLOGÍA 'UNA SOLA CARNE'

Alencart navegando el cuerpo del amor

Actualizado 27/12/2017

La brasileña Lilia Souza, actual presidenta de la Academia Paranaense de la Poesía, escribe sobre los versos del reconocido poeta peruano-salmantino

La antología Una sola carne (Diputación de Salamanca, 2017, selección de Carmen Bulzan), de Alfredo Pérez Alencart, contiene poemas de inconmensurable belleza, en valiente y confesa pasión carnal y espiritual, pura y sensual, desmedida y plena. El declarado sentimiento a la mujer amada, en intensidad y amplitud, revela el amor universal, tan presente en toda la historia de la Poesía, tan común en la temática poética; y, no obstante, tan nuevo en la forma de ser cantado ?transfigurándose, con su ropaje renovado, audaz y creativo.

Elijo, de la antología tan envolvente y bella, un poema de Alencart, para hilvanar algunos sencillos comentarios. No quiere decir que sea el mejor o lo que más me tocó, o cualquier otra característica que lo elegido pueda yo atribuir. No. Solamente uno, hermoso como los otros, tan cautivador y bello como los otros. Solo uno, para no alargarme sobre muchos. De Una sola carne, "Privilegios del confuso", que más abajo transcribo ? antes de exponer, sobre él, una mínima mirada, ciertamente muy lejos de la belleza y grandeza del poema.

"PRIVILEGIOS DEL CONFUSO

A veces confundo el mar con el amor

y braceo la noche entera

hasta agotar el agua de tu cuerpo.

A veces confundo el amor con las estrellas

y toda la enmelada noche me embarco

en singladuras increíbles por tu cosmos.

A veces confundo las estrellas con tus labios

y esa noche deliciosa, bajo las primeras

lavas, muerdo tu abierta boca para siempre.

A veces confundo los labios con tu cintura

y a ella me agarro con felicidad tremenda

hasta que resplandezca la noche complaciente.

A veces confundo la cintura con tus sentidos

que velan mis armas en apogeo, y saco

brillo a la envolvente noche de los cuerpos.

A veces confundo los sentidos que completan

con el eco de tu voz que se enmadeja

en la aurora boreal de mis ofrendas.

Tengo el privilegio de gozar de tu íntimo arrullo

para mi confusión tan deslumbrante.

Así estoy entre tu carne;

así estoy entre tu espíritu."

Alencart navegando el cuerpo del amor | Imagen 1

Tras la lectura del poema, podemos pensar: ¿Qué amor es ese, que confunde el mar con el amor? ¿Qué amante es ese, que, tan confuso, viaja por el cuerpo de la mujer amada, como su fuese mar, incansablemente repitiendo brazadas toda la noche, navegando el cuerpo del amor y de placer, hasta agotarle todas las aguas? ? Aguas de ese mar de amor; del mar, espacio de viaje; viaje de placer y total entrega.

Es el mismo hombre apasionado, el mismo amante que, al confundir amor con estrellas, atraviesa otros mares ? líquidos, carnales, aéreos ? , por el cosmos del cuerpo (que se vuelve infinito), perdiéndose sin temor a no saber volver. Es él el mismo hombre-amante que, confuso, al besar los labios y agarrarse a la cintura de la amada, se deja llevar, en ciega felicidad, en irrestricta confianza.

En un mestizaje de sensaciones y sentidos ? como si fuese un sinesteta ? se entrega a la experiencia de visualizar los cuerpos brillando; en la amplificación de sensaciones acompañadas de los dulces sonidos de la voz amada, se hace ofrenda, en la indescriptible belleza de las auroras boreales.

El poeta utiliza, en el poema, un vocabulario que remite al imaginario del viaje; así como a varios espacios que también a ello pueden ser asociados (aunque sean poco factibles) ? como el mar, las estrellas, el cosmos. Con eso y varias imágenes que se vuelven alegorías sobre experiencias de viajes, el poeta facilita que el yo lírico salga de sí mismo y se mezcle al otro.

De esta forma, con magníficas imágenes poéticas, con percepciones y sensaciones confusas, el yo lírico viaja, navega y se entrega, se alimenta y se vuelve pleno, explotando de amor y placer, anidado entre la carne y el espíritu del cuerpo de la amada.

Poéticos ? ¡y confusos! ? viajes, en finitos y carnales espacios, ¡se vuelven infinitos y profundos, en mar abierto, a cielo abierto, en dimensiones inimaginables!

¡Bendito amor! ¡Benditos versos!

¡Bendito Poeta!

Lilia Souza preside la Academia Paranaense de la Poesía y coordina la Oficina Permanente de Poesía, en la Biblioteca Pública de Paraná. Poeta, ensayista, narradora y profesora de lengua portuguesa. Entre sus poemarios publicados están, entre otros Água e luz, e Avesso em versos. También el libro de ensayos literarios Olhares canhestros. Forma parte de varias entidades culturales, como el Centro de Letras de Paraná; UBT ? União Brasileira de Trovadores; Academia Femenina de Letras de Paraná; Academia Sul-Brasileira de Letras?

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