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Entrevista a Natalia Sánchez: “Queda mucho, mucho por hacer”
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TEATRO

Entrevista a Natalia Sánchez: “Queda mucho, mucho por hacer”

Actualizado 22/11/2017
David Rodríguez

La conocida actriz estará este sábado en el Teatro Nuevo junto a Fernando Guillén Cuervo poniendo en escena 'Oleanna', obra que trata de forma directa el abuso de poder, el acoso sexual y el machismo

El Teatro Nuevo Fernando Arrabal vivirá el próximo sábado 25 de noviembre la cita que se puede considerar estrella del presente otoño teatral mirobrigense, Oleanna, una obra protagonizada por dos caras muy conocidas para el gran público como son Fernando Guillén Cuervo y Natalia Sánchez.

En estos días previos a la función, Ciudad Rodrigo Al Día ha tenido la oportunidad de charlar con Natalia Sánchez, quién se dio a conocer a nivel nacional en Los Serrano (Telecinco), consolidando posteriormente su carrera con un registro totalmente diferente en la serie diaria de sobremesa Amar en tiempos revueltos (La 1).

En los últimos años, Natalia Sánchez se ha centrado en el teatro, tomando parte en producciones como Los ochenta son nuestros, Amantes, o Ninette y un señor de Murcia, afrontando en la actualidad en Oleanna un papel que ella misma define como el más complejo de su carrera. La obra, como ella misma nos explica, encaja a la perfección con la conmemoración durante la jornada del sábado del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres.

-¿En qué consiste la obra? ¿De qué trata Oleanna?

Entrevista a Natalia Sánchez: “Queda mucho, mucho por hacer”   | Imagen 1-Oleanna tiene una premisa muy sencilla: es una alumna que va al despacho de su profesor para que le suba la nota y le apruebe, porque cree que le han suspendido injustamente. Y se encuentra con una respuesta negativa, no solo en ese aspecto, sino en muchos otros, y se empieza a dar cuenta de que el profesor está enredando en muchos aspectos. Así se crea una trifulca en la que a partir de una premisa muy sencilla, se tratan cosas como el abuso de poder, el acoso sexual, el machismo y el micromachismo (este machismo que está socialmente aceptado en la sociedad). A raíz de algo muy pequeñito y aparentemente muy sencillo, se le da la vuelta a la tortilla, se amplifica y mete el dedo en la llaga y trata temas trascendentales.

-¿La obra está ubicada temporalmente en alguna época concreta?

-El texto se estrenó en el 94, por lo que es relativamente reciente, tiene 23 años, y lo hemos trasladado como a la mitad de la década pasada, pero no se habla en ningún momento del tiempo, solamente se hace referencia a un estudio que pregunta el profesor (dice "haz un estudio sobre las personas que fueron o no fueron a la universidad entre 1995 y 2005"), por lo que se supone que estamos por encima de ese tiempo, pero no se hace alusión al tiempo en ningún momento, porque no es importante. La obra es completamente atemporal (obviamente del siglo XX como poco), porque el sistema educativo desgraciadamente tampoco ha cambiado tanto.

-¿En torno al acoso sexual o el micromachismo, no difiere el punto temporal donde se ubique?

-Siempre, porque de un mes a otro cambia en función de cómo sea la sociedad. Por ejemplo, cuando la empezamos a hacer no habían salido todos los casos que había habido en Hollywood de acoso. La función cae de una u otra forma dependiendo cómo está la sociedad en ese momento, lo sensibilizada que esté. Es una pena, pero es un tema que sigue de actualidad, desde hace mucho tiempo, desde que el mundo es mundo, y nos queda todavía mucho por hacer. Desgraciadamente, sigue de actualidad.

-Te quería preguntar precisamente por algo que comentas: desde que se estrenó Oleanna no han parado de surgir casos de acoso sexual. El hecho de que un tema que, aunque siempre ha estado latente, ahora vuelva a estar de máxima actualidad, ¿cómo lo estáis viviendo a nivel de actores y de compañía?

-Da igual lo actual que esté o deje de estar: está, que es lo que importa, y da igual en la profesión que sea. No me afecta más porque sean actrices, al revés, me da igual en el ámbito que sea: se tiene que condenar y se tiene que dar una respuesta súpercontundente, y darle herramientas a la sociedad, a las mujeres, a los estamentos,? Se tienen que dar protocolos de actuación para proteger a la parte débil, sea hombre o sea mujer, porque también hay acoso por el otro género. Da igual la profesión, el acoso es acoso siempre.

-¿En qué consiste la lucha contra el sistema académico vigente que incluye Oleanna?

-Habla un poco de los roles que hay adquiridos en la enseñanza, en el sistema educativo, de cómo el profesor puede abusar de su autoridad, y por parte del alumno, se habla del poder asambleario, que está para defender al alumno, y cómo toda ley, cuando abusan de ella, pagan justos por pecadores. En este caso, cuando una mujer o un hombre denuncia de forma falsa a otra persona por abuso sexual, pues pagan justos por pecadores. Al final la ley está hecha para el débil, pero si el fuerte la utiliza mal, te puede hacer mucho daño.

-¿La obra acaba dejando un vencedor y un vencido claros, o es más una impresión personal de cada espectador?

-Las dos cosas. El espectador al acabar la función tiene una versión muy clara, que puede cambiar durante la semana en función de las vueltas que le dé, pero el director ha querido hacer una propuesta escénica muy imparcial, han querido que fuera bastante equilibrado, que no hubiera un bueno y un malo, ni una víctima y un verdugo, porque Mamet así lo escribe y así lo describe después. Luego cada espectador es quién decide cómo tomarse eso. Hay quien la tacha de machista, quién tachó en su momento a Mamet de oportunista, por el momento en el que estaba con el caso del juez Thomas y la profesora universitaria. Pero es el espectador quién decide, por eso juega un papel muy importante. A la salida nadie está de acuerdo, siempre hay como dos bandos, siempre hay trifulca verbal, no llegan a las manos afortunadamente como en los 90, pero sí que hay debate. Y es lo que nos gusta también.

-¿Cómo están siendo las reacciones al acabar la función?

-Hay de todo. Siempre el público espera, y quiere comentar, porque sí que es una obra que no deja indiferente, y hay de todo. Por lo general, hay dos bandos muy claros: el que está con él, y el que está con ella. Y curiosamente muchas veces las mujeres están con él. Yo creo que todavía nos queda mucho por hacer, y curiosamente tenemos a veces más prejuicio y más miedo a pensar diferente en ese tema que ellos.

-¿Hay alguna lección/aprendizaje que pueda sacar el espectador de la obra?

-Cada uno saca una, y la verdad es que son polos opuestos. Para mí, la lección es que nos queda mucho por aprender, y sobre todo que nos queda mucho por hacer, sobre todo cuando ves la opinión del público. Ahí sí que entiendes que de verdad hay mucho, mucho por hacer, porque se normalizan ciertas cosas en la sociedad, ciertos abusos de poder, cierto machismo, que se entienden como normales. Como el decir "sólo le he dado un cachete, tampoco hay que ponerse así", o "solo le he dicho que buena está, qué polvo tiene", y dices ¿esta persona con qué derecho le dice eso a otra, sin permiso y sin que esté consensuado?.

-La casualidad ha querido que la obra se represente en Ciudad Rodrigo el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres, ¿la obra llega a tratar el tema de la violencia de género?

-Sí, sí, claro que se toca, y se toca por ambas partes, por la parte bien usada, que es la denuncia y la respuesta contundente, y por la parte mal usada, que es el abuso o mal uso de esa respuesta. Pero se toca, claro que se toca, y mucho además, aunque in llegar a lo explícito, porque no hace falta. A veces nos pensamos que el acoso es solamente violación, o que el abuso de poder es que te tienen completamente asfixiado, y no, hay muchos niveles y todos iguales, como el maltrato verbal, psicológico y el físico, que son igual de fuertes.

-Las crónicas que están haciendo los periódicos nacionales de la obra repiten la palabra 'duelo, duelo, duelo' sobre el escenario entre el personaje de Fernando Guillén Cuervo y el tuyo. ¿Cómo es ese 'duelo' a nivel actoral?

-Intenso, es muy intenso. La verdad es que es una función que no dura mucho, dura 1h.15'-1h.20', pero toca muchos temas, con mucha intensidad, muy profundos, hay muchas capas en cada frase, no hay nada sencillo ni que se deje al aire, y es intenso. Salimos de verdad exhaustos porque hay mucho, mucho trabajo.

-¿Es el papel más complicado o complejo que has hecho en tu carrera?

-(Lo piensa) El más complejo puede ser, sí. En teatro desde luego.

-También a nivel personal, ¿cómo está siendo la aventura de Oleanna?

-Está siendo una experiencia muy gratificante. La respuesta del público y luego poder hablar con ellos y su opinión es súperimportante, y el hecho de que toque, de que remueva, y que haga que la gente piense un poco y se meta en la historia, para mí es muy gratificante. Y luego desde el inicio, a nivel personal, sí que ha hecho replantearme muchas cosas, sobre mí misma, sobre el concepto que tengo sobre el feminismo, sobre el machismo, sobre el abuso de poder,? Yo creo que siempre que te metes en un viaje como estos, aprendes mucho y en este caso, he aprendido muchísimo y cada día aprendo más. Sé que puede sonar típico, pero cada día que hacemos la función me cae una pieza nueva, porque es una función muy compleja.

-Ya para concluir, ¿has estado alguna vez por Ciudad Rodrigo?

-No, sólo he estado en Salamanca y tengo muchas ganas, porque he visto fotos y la verdad es que hay cosas preciosas. Por lo que iremos a hacer ruta, eso seguro.

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