Monette González rescata las caminatas hasta el conocido paraje, desde la Iglesia de Santa Elena, y hasta la fuente del Caño del Cerezo
Evocando tiempos pasados. Ya ha transcurrido medio siglo de esas caminatas hasta el Caño del Cerezo. Empezamos diciendo que dicha carrera empieza justo donde la Iglesia de Santa Elena y Las Fernandicas, un establecimiento más que centenario y de gran renombre que incluso pasa fronteras por su buen hacer en los fogones. Uno de sus integrantes es mi tocayo Ramón, el hijo de la señora Ángeles, el cual y éste que os habla nos criamos juntos, y que junto a Paco Carbonero (DEP), y algún amiguete más tomabamos el rumbo a dicho Caño del Cerezo que, por aquellos años, lo hacíamos en los Lunes de aguas para degustar las meriendas que nos habían preparado nuestras madres.
Hoy en día todo eso se hace en el Puente Mocho. Nada más salir de Las Fernandicas y a escasos 200 metros cruzamos el puente del Caño de Cerezo para, a continuación, meternos en Pata Caballo, donde son bien conocidas en las peñas las marcas que, según unos, dejó el caballo de un rey árabe que saltó desde la Iglesia de Santa María la Mayor; otros dicen que fue el caballo de Santiago el que dejó las marcas de las herraduras en estas peñas saltando desde el Castillo, según esta maravillosa fábula.
Tambien vemos al lado de las herradura unas especies de flechas que según nos cuenta Manuel Vicente Alainez indican las distintas fuentes que hay por los alrededores. De aquí siguiendo nuestra carretera protagonista, la otra parada es en el Prao la Villa, y como no estamos en Corpus donde a este Prao acuden miles de personas para hacer saltar los toros y guiarlos los caballistas hasta la Plaza de Toros en los famosos espantos ,nos bajamos hasta la fuente para echar unos tragos de agua blanquecina muy fresca y rica, que según decían algunos era medicinál para según qué enfermedades, y ya nos encarrilamos hasta esa interesante fuente del Caño del Cerezo neoclásica de mediados del siglo XVIII realizada por el Consistorio para el disfrute de los transeúntes de la finca del Cerezo.
Realizada en granito es una obra de gran verticalidad. solo rota por los diferentes niveles de cornisas superpuestas y la volutas que coronan la obra. Posee en el centro varios escudos nobiliarios en piedra de Villamayor (Ulloa, Estrada, Cifuentes?), aunque lo que más destaca es que está coronada por los escudos de la Inquisicion.Y después de saber un poco más de este Caño del Cerezo nos disponemos a merendar esas tortillas, el hornazo y los bollos de leche muy famosos en Ledesma, y claro está, que corra la limonada.
Texto y fotos: Monette González