La actividad está promovida por el Organismo Internacional de Energía Atómica y coordinada por el Grupo de Radón de la Universidad de Cantabria
El Laboratorio de Radiación Natural que tiene ENUSA en sus instalaciones de Saelices El Chico es centro neurálgico durante esta semana de un curso sobre el radón que ha reunido a 35 especialistas de un total de 12 países, que a última hora de la tarde del martes fueron recibidos en la Casa Consistorial de Ciudad Rodrigo por el alcalde Juan Tomás Muñoz, quién estuvo acompañado de Ignacio Hernández, en representación de ENUSA, y de Luis Santiago Quindós, responsable del Grupo de Radón de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cantabria.
Precisamente, es este grupo cántabro el encargado de liderar la actividad de esta semana, promovida por el Organismo Internacional de Energía Atómica para mejorar la formación en torno al radón.
Ha sido justamente esa entidad la que ha seleccionado a los 21 alumnos del curso, que son de 4 tipos diferentes: personas que 'toman decisiones' sobre el radón, personal universitario que está enseñando sobre la materia, integrantes de empresas privadas, y especialistas que están haciendo mediciones de radón en centros de investigación.
En definitiva, es "gente formada que viene a recibir más formación", según explica Luis Quindós, añadiendo que a diferencia de anteriores eventos que han tenido también como sede el Laboratorio de Saelices, estos alumnos no ofrecen ponencias, sino que únicamente asisten a sesiones del resto de participantes en el evento, entre los que hay una decena de integrantes del Grupo de Radón de Cantabria.
El curso de esta semana trata cuatro cuestiones: aspectos fundamentales del radón, cómo medirlo, cómo prevenirlo y cómo remediarlo, indicando Luis Quindós que es "un curso general", siendo la idea que en el futuro se trabaje de forma individualizada en cada uno de esos aspectos. La actividad tiene como finalidad formar a profesionales para que puedan diagnosticar la existencia de radón, con el objetivo final de poder quitarlo de un inmueble. Según el responsable, "quitar el radón es sencillo si se hace un buen diagnóstico de la casa".
El problema son las casas
Como indica Luis Quindós, el Grupo de Radón de la Universidad de Cantabria centra su trabajo en "prevenir, medir y remediar (es decir, cómo quitarlo)", quedando fuera de su espectro de trabajo los efectos que puede tener este gas sobre la salud.
El radón (que es 'nieto' del uranio) es "un elemento natural, pero nosotros estamos creando un problema" en los últimos 15-20 años por la forma de construir las casas. Ahora, se apuesta por "hacer las casas energéticamente mejores, pero saludablemente es un desastre". En este sentido, explicó que antes las viviendas tenían mucha mayor ventilación natural, por lo que había menos acumulación de radón, a diferencia de lo que ocurre en la actualidad. Asimismo, ahora se están construyendo casas bajo tierra, incluyendo por supuesto los sótanos, de tal modo que "se encierra más al radón", cuando debería ocurrir justo lo contrario.
En torno a este gas también llega el momento de que se produzcan novedades a nivel legal, con una nueva directiva europea que en principio debe estar implantada antes del 6 de febrero de 2018, opinando Luis Quindós que su aplicación será paulatina.
Una de las novedades es la protección de viviendas, que antes no se recogía, implantándose un nuevo nivel de referencia del radón, 300 (antes había 2, de acción, en 200, y de remedio, en 400). Si se supera ese nivel de 300 "tienes que hacer todo lo posible por bajarlo", algo que también se debe intentar hacer aunque el nivel esté por debajo de esa cifra.
En definitiva, la idea es "reducir todo lo que sea posible los niveles de radón", aunque teniendo en cuenta las condiciones de la población (por ejemplo, la situación socioeconómica). Una de las acciones que se pone sobre la mesa de cara al futuro es extraer el radón del suelo de las viviendas, mediante ventiladores.
Con la nueva normativa europea, será necesario legislar normas para poder acreditar que las casas no tienen radón, algo que deberán tener en cuenta los arquitectos a la hora de hacer sus construcciones. Por otro lado, la normativa también marca que los empleadores deben avisar a sus trabajadores en caso de que haya radón, de ahí que sea necesario hacer mediciones en los lugares de trabajo. Pese a que lo marca la normativa, esto no se lleva a cabo.
El Laboratorio de ENUSA
La zona donde se está desarrollando el curso esta semana tiene "bastante actividad" en materia de radón, algo lógico al estar en una zona con mucho uranio, aunque no afecta demasiado a las casas, al tratarse de entornos rurales donde los inmuebles están bastante bien ventilados.
El curso que se desarrolla durante esta semana tiene como finalidad mejorar la formación en torno al radón, ya que no es muy amplia al considerarse que "ha existido siempre". Para ello es clave el Laboratorio de ENUSA, con el que el Grupo de Radón de Cantabria lleva trabajando seis años, tras llegar a un acuerdo con ENUSA, que lo iba a demoler, y que "nos da todas las facilidades".
Este Laboratorio ha sido escogido por el Organismo Internacional de Energía Atómica por "la posibilidad de cubrir todos los campos del radón: aire, tierra y agua; en pocos laboratorios del mundo se puede hacer todo en el mismo laboratorio", destacando la ventaja de que "ahí está la fuente natural, no hay que comprarlo".