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Antonio Álamo Salazar: periodismo y cultura en un corazón palentino
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Antonio Álamo Salazar: periodismo y cultura en un corazón palentino

Actualizado 03/11/2017
Roberto Jiménez

El que fuera cronista oficial de Alba de Tormes se convirtió hace 40 años en el director de El Diario Palentino trasladando los cambios sociales a la realidad del periódico

Se cumplen cuarenta años de la llegada de Antonio Álamo Salazar a la dirección de El Diario Palentino y no queremos dejar pasar la ocasión de dar a conocer la figura de un «hombre inquieto», que escribió algunas de las páginas más brillantes de la historia del periodismo palentino más reciente.

Aunque nace en Pozaldez (Valladolid) en 1921 y pasa su infancia y juventud en Alba de Tormes, de donde son originarios sus padres, es en Palencia donde encuentra el cálido hogar que le permite echar raíces y formar una familia. Su vocación periodística ?a los 18 años publica su primer artículo en El Adelanto de Salamanca? le hace buscar una capital de provincia donde haya medios informativos.

Mediados los años cuarenta aprueba las oposiciones de Magisterio y se traslada a Palencia, donde compagina sus actividades docentes en la Inspección Provincial de Enseñanza Primaria con tareas radiofónicas en La Voz de Palencia, primero como colaborador y, posteriormente, como redactor y Jefe de programación de la emisora (1949), llevando a cabo la confección y montaje de programas culturales e infantiles, el control y dirección de diarios hablados locales, guiones y la adaptación de novelas y cuentos.

En la década de los cincuenta ingresa como auxiliar de redacción en El Diario Palentino-El Día de Palencia, y en 1958 ya figura en plantilla como colaborador fijo en secciones de cultura, literatura y crítica bibliográfica, arte, religión, información gráfica local y actualidad provincial. Al poco tiempo de ser nombrado redactor de prensa obtiene el título de periodista expedido por la Escuela Oficial de Madrid (1963), por lo que pide la excedencia voluntaria en la Radio al existir incompatibilidad con la actividad profesional periodística. Asimismo es corresponsal informativo de Radio Nacional de España (desde 1957), del diario ABC (desde 1960) y de la agencia Europa Press.

Reformador educativo

En 1972 pasa a la delegación provincial de Educación y Ciencia, adscribiéndose a la división de Promoción cultural, desde donde realiza cometidos relacionados con la enseñanza y la reforma educativa, tareas que son reforzadas al ser designado miembro del grupo de trabajo de Educación de la Comisión Nacional Española de la UNESCO.

Además de sus funciones profesionales desempeña dos cargos públicos en el ámbito cultural: delegado provincial de Cultura en Palencia (1972-1977) y concejal ?elegido por el tercio de Entidades? y presidente de la Comisión de Cultura del Ayuntamiento entre 1974 y 1977. Desde las instituciones fomentó y promovió de manera decidida una intensa campaña cultural en favor de esta tierra, a la que abrazó de forma total, sin reservas, con todas las consecuencias. Señalamos algunas de las iniciativas: la campaña «Chequeo a Palencia», los "encuentros poéticos interprovinciales", los «Viernes del arte joven», certámenes con ocasión del "Año Internacional del Libro" (1972)?

La transformación política iniciada tras la muerte de Franco permitió el restablecimiento de la convivencia democrática en muchos aspectos y trajo consigo un histórico y significativo cambio en la redacción de El Diario Palentino-El Día de Palencia. José Luis Alonso Almodóvar, director hasta ese momento del periódico, acababa de ser elegido senador por la UCD en las elecciones generales de junio de 1977, motivo que le obligó a abandonar la dirección del rotativo para proseguir su carrera política en Madrid. La persona elegida para sustituirle en el cargo es Álamo Salazar: el primer director desde 1899 que no era miembro de la familia Alonso. Aunque la legislación municipal no contemplaba incompatibilidad entre el cometido de concejal y el ejercicio de la función periodística, Álamo solicita excedencia de su actividad profesional en la delegación de Educación y Ciencia y pide ser relevado del cargo en el Consistorio para dedicarse por entero a los asuntos del periódico. La carta de renuncia dirigida al alcalde, publicada en El Diario Palentino el 3 de noviembre de 1977, ponía de manifiesto la prioridad del nuevo director: «tengo por delante este otro también importante servicio a Palencia, a través del apasionante cauce del periodismo y de la información, que constituyen (junto a mi afición literaria) la fundamental vocación de mi vida».

Comenzaba una época marcada por el cambio en todos los sentidos, pues la duración de su mandato ?hasta diciembre de 1981? coincide plenamente con los años centrales de la Transición española. Al año siguiente de hacerse cargo del diario, Álamo hace algunas reformas, como reducir el formato y mejorar la maquetación para facilitar su manejo y lectura, ampliar el número de páginas y suprimir la edición de madrugada.

Prolífica producción

La dilatada y brillante labor literaria, patente en su obra poética ?analizada minuciosamente en la tesis doctoral de José Carlos Briñón, Sólo en ti yo bebo poesía: Estudio teológico-espiritual de la poesía de Antonio Álamo Salazar (1921-1981), Palencia, 2008? y periodística, jalonada por los innumerables premios obtenidos le permitieron acceder en 1962 a la Institución Tello Téllez de Meneses como académico numerario; años después lo sería de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid en calidad de correspondiente (1966).

Hombre de extraordinaria fecundidad literaria abarcó temas múltiples en sus escritos: lo religioso en general y la temática navideña en particular ?sirva como ejemplo el poemario Noche de Dios, alba del hombre (1963)?, Santa Teresa ?de cuya vida y obra fue un profundo conocedor?, la tierra castellana y el paisaje, la historia y las gentes palentinas. Sus distintas ocupaciones impidieron el perfeccionamiento de una de sus más claras inspiraciones: la poesía. Precisamente a nuestra provincia dedicó algunos de sus mejores versos. Su compromiso con esta tierra le valió en 1974 el título de Cronista oficial de la provincia de Palencia, otorgado por la Diputación (la última persona en desempeñar tal honor).

De Antonio Á. Salazar se dijo acertadamente que fue «la intelectualidad misma, el periodismo limpio, el verso claro, el hombre cabal, el campesino de la palabra?». Tierra para la esperanza (1970) y Palencia Stop (1975) constituyen, indudablemente, dos claros mensajes de canto a la provincia y vienen a testimoniar esa afirmación. Pero, quizá, una de las mejores definiciones sobre su persona la trazó el poeta José María Fernández Nieto en Galería íntima (1971):

Si veis, tal vez, un corazón en «offset»

con sangre de diario y de emisora,

si veis, alguna vez, un tallo erguido

promulgando un capullo bondadoso,

si veis un paladín de la hermosura

intentando vencer con sus abrazos,

no lo dudéis jamás: se llama Antonio.

Por muchos es sabido que Álamo Salazar, el «poeta de la esperanza» y «buscador de las cosas sencillas», nos dejó en vísperas de la Navidad de 1981 cuando un fatal accidente de tráfico, ocurrido cerca de Salamanca, truncó irremisiblemente su vida. Su recuerdo está presente en el plano urbano de Castilla, pues tres son las localidades que tienen dedicada una calle a su nombre: Palencia, Laguna de Duero y Alba de Tormes. De igual modo, su obra permanece viva al formar parte del acervo histórico, artístico, literario y costumbrista de la Palencia de ayer y siempre.

Diego Quijada Álamo (Historiador)

Publicado en el Diario Palentino (2 de noviembre de 2017)

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