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Recordando la figura del poeta albense Antonio Álamo Salazar
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CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA DUCAL

Recordando la figura del poeta albense Antonio Álamo Salazar

Actualizado 20/10/2016
Manuel Diego

Cuatro textos inéditos. Por un lado dos cartas inéditas del poeta, otra de Jaime Briz López y un elogio escrito a raíz de la muerte de Álamo Salazar

Me place recordar la figura de nuestro poeta, muerto en el umbral del IV centenario de la muerte de santa Teresa (1921-1981), y hacerlo desde alguna vertiente inédita que no se conocía. Aunque reconozco que la tesis doctoral de José Carlos Briñón sigue siendo la mejor visión de conjunto que se haya hecho sobre su vida y obra literaria: En ti bebo yo poesía (Palencia 2008).

Pues ahora quiero publicar cuatro textos, distantes en el tiempo y en la motivación, que son: dos cartas inéditas del poeta, más otra de Jaime Briz López, y un elogio escrito a raíz de la muerte de Álamo Salazar y que le deja en muy buen lugar. Las 3 cartas tienen mucho valor documental ya que atestiguan de primera mano la mentalidad que se crea en Alba en torno a la proyectada salida por España de la reliquia del brazo teresiano, un suceso que para muchos hoy es sólo referencia de oídas y de lectura de prensa.

Merece la pena recordar la posición ideológica del poeta en un momento importante del teresianismo moderno de Alba de Tormes, el IV centenario de la reforma teresiana (1962-1963). Con tal motivo la Orden carmelita tenía previsto que la reliquia del Brazo izquierdo de santa Teresa peregrinase por toda España, allí donde hubiera convento o monasterio de la Orden. Era una medida un tanto triunfalista, acorde a los tiempos del nacionalcatolicismo español, pero también era un medio eficaz de despertar el fervor teresiano de la Nación. Esto no se podía hacer sin más, había que solicitar expresamente un permiso especial al Vaticano para este viaje de la reliquia y, además, motivar las razones y conveniencia de tal petición, pues la reliquia iba a estar todo un año fuera del convento de Alba de Tormes, como así fue.

Los tanteos para llevar a cabo la medida se hacen en los primeros meses de 1962, incluso se informa a la villa a través de un encuentro con las autoridades religiosas y políticas y, naturalmente, contando con el parecer previo de las monjas carmelitas. Por lo que fuera, por miedos ancestrales, la medida no gustó tanto en algún sector albense. Y aquella reunión debió ser un fracaso, aunque no arredró ni detuvo a los superiores carmelitas en su deseo.

En la Memoria de 1962 de la Hermandad de Santa Teresa se hace referencia a esta situación y reunión con el provincial carmelita, cuya redacción se ha de atribuir al secretario de la misma, es decir, a Jaime Briz López, un hombre benemérito por tantos motivos en la historia de Alba, y dice así: "La directiva de esta Hermandad se reunía el día 15 de febrero [de 1962] para un cambio de impresiones con el P. Provincial de los Carmelitas, a la que fueron invitados el Alcalde de la Villa, D. Juan Escudero Villapecellín y el Jefe local de Falange, D. Gerardo Nieto García, como supremas autoridades de Alba. El P. Provincial expuso con delicado trato el deseo de solicitar la reliquia del Brazo de la Santa, para visitar con la insigne reliquia durante todo el Año Jubilar los conventos de Carmelitas de toda España, con objeto de recabar donativos para la construcción de la basílica dedicada a Santa Teresa de Jesús que se erige en esta Villa. Los componentes de la Directiva y autoridades, unos admitieron lo que el P. Provincial exponía, hacían oposición otra parte de los asistentes, no obstante la Directiva no podía hacer otra cosa que dar una opinión, pues acordar conceder era gestión exclusiva de autoridades o jerarquías superiores de la Iglesia" (p. 3).

Dentro de este ambiente adverso, pero minoritario, se sitúan estas cartas de Antonio Álamo, que se muestra totalmente favorable a la medida, convencido de que no sólo redundará en favor de un mayor conocimiento de la Santa, sino también en beneficio de Alba de Tormes. Él incluso nos da dos nombres bien concretos como aquellos más opuestos a tal disposición, el de Jaime Briz López, entonces secretario de la Hermandad de Santa Teresa, y el de Don Vicente Martín, un sacerdote sin carga pastoral, cuya casa con jardín delantero muchos hemos conocido todavía al final de la calle Carlos III. La oposición de Jaime Briz pudiera creerse representaba el sentir general de la asociación teresiana y del pueblo, pero no era así. Tampoco nunca se menciona como contrario a la medida al párroco Don Miguel Matías Moríñigo, que era el director nato de la misma. Se trataba, por tanto, una oposición más bien circunscrita a unos pocos. Y es lo que Antonio Álamo quiere hacer ver al provincial de los carmelitas (II), el padre José Antonio, natural de la villa salmantina de Villoria, y al padre Raimundo (I), que estaba destinado a ser garante de la reliquia en el programado viaje teresiano.

Estas cartas me parece son un documento excelente que, pasados ya más de 50 años de cuando se escriben, se pueden dar a conocer y nadie se tiene que dar por ofendido, pues refleja muy bien el ambiente reinante en la villa antes de comenzar dicho centenario. Y también nos dice que aquella negativa ?si es que fue seguida- hubiera sido algo contraproducente para ella. Pero no fue así. Aquella salida del Brazo, aun con todas las críticas que se hagan a este tipo de religiosidad, fue un paseo triunfal por España, y desde aquellos años 1962-1963 comenzó el boom del turismo moderno para Alba de Tormes. Fue algo muy beneficioso. Léase con serenidad y con admiración esta misiva, pues demuestra que en Alba entonces había gente que miraba más allá de los estrechos muros de la villa y que también ya había un cierto sentido de que Teresa era de España y del mundo. El texto no tiene desperdicio.

Pero también hemos tenido la suerte de encontrar una carta de esos mismos días, igualmente inédita, de Jaime Briz al carmelita albense Raimundo de la Transverberación en que explica honestamente su posición y que, por eso, constituye un documento excepcional, para leer bien a Álamo Salazar, que no mentía ni exageraba en sus apreciaciones, ni incluso transmitía rumores falsos cuando daba nombres concretos. Publicamos igualmente la carta de Jaime Briz con el fin de hacer justicia a su persona y hasta para entender su posición honesta explicando su negativa (III).

Mientras que el texto IV pertenece a un fraile carmelita, Ángel Manuel del Niño Jesús, Lagunas (1928-2003), natural de Ciudad Rodrigo y prior de Palencia cuando muere Antonio Álamo, pero que ya lo había conocido precisamente en el centenario teresiano del 1962-1963 cuando él había sido prior de Alba (1960-1963). Escribe esta evocación con conocimiento de causa y mucho cariño, y lo envía como una nota a incluir en el boletín informativo del centenario de 1982, el cual lo publicó muy recortado (Teresa de Jesús, 1982, nº 13, p. 7). Por eso nos parece útil el darlo a conocer en su integridad. Forma parte de una carta dirigida al director del mismo, el carmelita Eugenio Alsina (18.1.1982), es decir, está escrito antes de haberse cumplido el mes de la muerte del poeta.

Con estos textos queremos contribuir al conocimiento del movimiento teresiano moderno albense, como también ofrecer perfiles inéditos del poeta Antonio Álamo Salazar.

I

ANTONIO ÁLAMO SALAZAR Héroes del Alcázar 1,1º

"EL DIARIO PALENTINO ? EL DIA DE PALENCIA Tfnos. Particular 2498

"RADIO PALENCIA" Prensa 1354

Radio 1369

8 de mayo de 1962

Rvdo. P. Raimundo de la Transverberación, C.D.

TOLEDO

Querido padre Raimundo: Hace un siglo que no nos "comunicamos", y es que esto de la lejanía y el mucho trabajo es un tremendo obstáculo. Ahora escribo yo, como consecuencia de las noticias que me llegan. Me refiero al Brazo de la Santa.

Hace unos meses que recibí noticias de la incomprensible postura de varios albenses (que se llaman "de peso"), oponiéndose a la salida del Brazo en peregrinación por España, con ocasión del Cuarto Centenario. Me indignó; escribí al alcalde, exponiendo mi criterio, por si querían conocerle; mi criterio, como es lógico, es que salga el Brazo, siempre que el viaje no suponga peligro para la integridad de la reliquia; en lo que no se puede pensar en este siglo es en que salga el Brazo, y no vuelva a Alba. Bueno, lo cierto es que no he tenido contestación del alcalde.- Vino por Palencia el P. Provincial de Uds., y le hice una entrevista para el periódico de aquí; de paso (y de manera al margen de la entrevista) le pregunté por el Brazo, y le expuse mi opinión, y le dije que la Orden no había obrado con camino normal, que era el de disponer la salida del Brazo sin consultar con Alba; lo de la consulta me parece bien, pero siempre que los "influentes" de Alba tuvieren sentido común. Me dijo el provincial que pensaba tener otra reunión con los albenses después de Pascua, y que me avisaría para que asistiese yo, para apoyar la postura de la Orden del Carmen, que me parece lógica y natural, e incluso interesante para Alba.

Ahora recibo noticias, que me llegan de manera discreta y particular, de que el Brazo saldrá, y que le acompañará Ud.- Como es natural me he llevado un alegrón fenomenal, porque sale el Brazo, y porque le acompaña Ud., que en verdad no encontraría mejor escudero que Ud., CARMELITA y ALBENSE.

Por ello me apresuro a escribirle, esperando que me conteste diciendo si esto es verdad, aunque me aseguran que sí; si la noticia es todavía "particular", es lógico que quede en mi "zurrón", y no salga, hasta que no sea el momento. Sabe Ud. que soy discreto guardador de secretos. Espero sus noticias, y si ?como supongo- son ciertas, ya sabe Ud. Que puede contar conmigo; tengo un bonito recital-charla teresiano, de unos 30 minutos, que gustó mucho en Alba, y aquí en Palencia, y que está a su disposición, para desplazarme a las capitales cercanas a aquí (Valladolid, Salamanca, Zamora, Burgos, Ávila, León, etc.), cuando el Brazo esté en estos lugares. Mi actuación y desplazamiento es totalmente desinteresada, que no de otra forma hemos de obrar los albenses con la Santa? [Luego le informa de otros proyectos que tiene para el centenario del 1962, y que omitimos]

Le digo todas estas cosas, no por mera presunción (que ya me conoce Ud.); sino para que vea que no nos dormimos en las pajas con ocasión del IV centenario teresiano; y por delante de todas estas cosas, va mi calidad de cronista de Alba, pues lo que me interesa es que Alba suene, y los de Alba se muevan. Un saludo muy afectuoso de este buen amigo y paisano, Álamo Salazar.

II

ANTONIO ÁLAMO SALAZAR Héroes del Alcázar 1,1º

"EL DIARIO PALENTINO ? EL DIA DE PALENCIA Tfnos. Particular 2498

"RADIO PALENCIA" Prensa 1354

Radio 1369

15 de mayo de 1962.

Rvdmo. P. José Antonio del Niño Jesús, Provincial de los PP. Carmelitas Descalzos

MADRID

Estimado P. José Antonio: Esperé que, pasada la Pascua, me avisase Vuestra Reverencia para asistir a Alba, y participar en la reunión en torno al Brazo de la Santa, y colaborar a que algunos de mis paisanos se "apeasen" de su negativa. Ya veo que no es necesaria tal reunión, y le felicito, Padre. Le digo esto, porque he estado este domingo en Alba y he charlado largo y tendido, poniendo los puntos sobre las íes a algunos señores, especialmente a Briz y a Don Vicente (con los correspondientes respetos a su dignidad), exponiéndoles mi criterio, y dándoles razones en defensa de tal criterio; lástima que tuve que interrumpir mis "razonamientos" por no perder la Misa, pues pensaba haberles dicho algunas cosas más.

El ambiente entre la mayoría de las personas de formación y criterio, es que el Brazo salga a ese recorrido triunfal por España; lo ven con buenos ojos, y yo me he llevado extraordinaria alegría; participación más brillante (de más resonancia) no iba a tener la Villa en el cuatricentenario, y Alba no sólo no debía de haberse negado, sino incluso haberlo ofrecido espontáneamente.

Por esta razón, Padre Provincial, yo le ruego que no haga caso de determinados "criterios" de algunos albenses, que en ninguna forma representan a la Villa, y que no merecen sean consultados para estas cosas. Alba, en el fondo, es buen pueblo con buena gente; necesita buena orientación en las cosas teresianas para hacer desaparecer ciertos prejuicios, y creo que es fácil, y estupenda oportunidad la del IV Centenario teresiano. Todo lo intentaremos. Que este "chaparrón" que Vuestra Reverencia recibió de Alba en su célebre reunión, quede en el olvido, porque en realidad la "negativa" no era de Alba, sino de dos señores particulares, que en ninguna forma suponen llevar la voz de la Villa. Como compensación favorable hay en Alba un puñado de hombres jóvenes (Médicos, abogados, Maestros, etc.), de estupenda formación (cultural y religiosa), de acertado criterio, de apreciación objetiva, que están colaborando estrechamente con el padre Prior, y estos hombres llevarán las cosas derechas; con ellos ?son entrañables amigos- estoy yo también. Estas líneas son precisamente para eso, para que Usted no enfríe su afecto a Alba, que nada de culpa tiene de la incomprensión de determinados señores.

Tengo la impresión de que también Alba, como Ávila, ha de volcarse este IV Centenario; yo voy a ir a menudo para todos juntos ?al lado del Prior, claro es- ir haciendo cosas. Como un albense más ya estoy "echando mi cuarto a espadas". Creo le hablé de una monografía sobre LO PERIODÍSTICO EN LA VIDA Y OBRA DE TERESA DE JESÚS; tuve que terminarla rápidamente, pues me la pidió la Escuela de periodismo; y hube de enviarla; pronto mandaré a Usted una copia. Preparo ahora el discurso de apertura de curso de la Institución TELLO TÉLLEZ DE MENESES, de la diputación provincial, para octubre, y versaré sobre la Orden del Carmen en Palencia. Con tres sonetos (Ávila, Soria y Alba de Tormes) logré la flor natural en los Juegos florales de la Juventud del Carmelo, en Soria, y estos días comenzaré con una continuada colaboración teresiana en la Prensa de Salamanca. Le digo estas cosas con un poco de retraimiento no vaya a creer que he cogido el incensario al revés, y me estoy echando el humo hacia mí; pero, en fin, no creo lo interprete así, sino sencillamente que vea que en Alba tenemos buena voluntad de trabajar por la Santa, ya que, como un servidor, cada cual arrimará el hombro en las cosas afines a sus tareas?, y todo ello será para Vuestra Reverencia gran satisfacción y le desagraviará un poco de la poca grata impresión que hubo de llevarse tras la célebre reunión.

Me queda únicamente ofrecerme a Vuestra Reverencia incondicionalmente para todo lo que suponga mayor gloria de Santa Teresa, y brillo y prestigio de la Orden del Carmen descalzo, de Alba de Tormes y de Ávila. Saluda a Vuestra Reverencia muy cordialmente suyo afectísimo, seguro servidor y amigo, Álamo Salazar.

III

Jaime Briz López

Teléfono 25 15 de Mayo de 1962

ALBA DE TORMES Rvdo. Padre Raimundo de la Transverberación

TOLEDO

Mi querido Padre Raimundo: Oportunamente he recibido su cariñosa carta en tonos emotivos de fecha 10 corriente a la que gustosamente correspondo en el mismo sentido.

Nada es de extrañar P. Raimundo, haya llegado a usted rumores y noticias sobre la reunión de la Directiva de la Hermandad de Santa Teresa con algunas autoridades de la Villa, ya que dicha reunión fue provocada por su P. Provincial y el P. Prior de esta Comunidad. El P. Provincial al salir de la iglesia me dijo así: "Usted, Briz, como persona de ascendiente en Alba, haga buen ambiente de lo que se pretende hacer"; yo le contesté que solamente respondía de mí. Yo consideré que el P. Provincial expuso de manera delicada su pretensión, pero yo creo que ni los reunidos ni nadie podemos acordar, conceder ni responder de nada.

El caso de que se trata es delicadísimo y ofrece muchas dificultades por distintas causas, aunque se ofrezcan todo género de garantías y toda a responsabilidad, pues ofrece una serie de problemas que me imagino despertarían una suspicaz interpretación de las gentes, que ni yo ni nadie puede aconsejar en el sentido favorable de que la reliquia del Brazo de la Santa salga de Alba; yo considero más prudente la inamovilidad de estas reliquias, porque harto y demasiado está profanado el venerado cuerpo de nuestra gran Santa.

Me ha enseñado la carta que Usted ha escrito a Don Vicente, -al parecer como Presidente de la Hermandad-, he de decirle que este cargo lo ostenta Don Miguel el Párroco, que por derecho le corresponde, pues ha sido nombrado por el Señor Obispo; también he sabido que otro Carmelita se ha dirigido al Alcalde y los términos con que se expresa? En una palabra, P. Raimundo, lo sé todo, y ya lo ve usted, no he publicado nada, me he limitado hasta ahora a callar.

Dice usted a Don Vicente que él y yo nos hemos opuesto a que salga la reliquia del Santo Brazo de Alba. Efectivamente, no le han engañado a usted, y esta oposición la encontrará con toda seguridad en la inmensa mayoría del pueblo; pero conste que de esto no respondo más que de mí mismo. Ahora bien, como fiel amigo que lo es usted, toda esta oposición, y toda esta desconfianza, yo entiendo que no es de mala fe, ni es ir contra nadie; de esto tenga la más completa seguridad, pues todo el que se considere albense tenemos nuestros temores, fundado o equivocados, que usted no ignora y ningún albense debe ignorar, pero los tenemos, porque repito, que ni usted ni nadie puede responder [de ell]lo durante el largo tiempo que recorriese la insigne reliquia por España; Dios sólo sabe lo que podía suceder.

También habla en su carta "de que merecía un sacrificio quedarse unos meses sin la reliquia del Brazo de la Santa, con tal de garantizar la rápida terminación de [la] Basílica. Padre Raimundo, yo lo entiendo de otra manera, el Templo Nacional dedicado a Santa Teresa de Jesús se termina con la fe, con la devoción a la Santa y con la confianza puesta en Dios, propagando y extendiendo la devoción de la Insigne Doctora y organizando peregrinaciones para enseñar a sus devotos la fuente donde se aprende a amar a Cristo, postrándose ante el sepulcro de la gran Santa; esto será lo más práctico y lo más acertado.

¿[Se] recuerda usted del gran Obispo agustino Padre Cámara? La campaña que hizo aquel Prelado de Santa Teresa, inolvidable para la diócesis salmantina y singularmente para Alba, fue solemnemente admirable; aquel llorado Obispo no llevó nunca ninguna reliquia de la Santa cuando recorría toda España buscando donativos, sólo bastaba su voz y su corazón y la confianza de Dios, a la vez que su entusiasta devoción que profesaba a santa Teresa de Jesús, que volcaban las piedras en su bandeja, y le sobraban cantidades que le ofrecían para terminar su Basílica de Alba. He leído mucho de este gran Obispo de Torrecilla de Cameros, y de tan altos vuelos teresianos, cuando ofreció a la Santa y al pueblo de Alba, el homenaje que la insigne mujer castellana merece, un Templo Nacional, empleando estas palabras: "¡Santa Teresa nos pide un templo! ¿Se lo negaremos?"

Mi querido Padre Raimundo: bien sabe que yo me considero uno de los más entusiastas devotos de la Santa; soy un enamorado de sus virtudes y costumbres admirables altamente cristianas. Tal fue la revolución de sanidad y de austero sentido religioso que hizo Teresa de Jesús en el siglo XVI que hoy, al pasar cuatrocientos años de aquel acontecimiento teresiano, celebraremos con todo esplendor aquellos días que tanta inquietud y tanta borrasca levantó la inimitable Santa, hasta en sus mismos medios religiosos, que asombró a toda la cristiandad universal con sus enseñanzas verdaderamente cristianas de tanto valor y abnegado sacrificio.

En fin, mi querido Padre Raimundo, como apreciará hasta la fecha he callado todo esto, pero ya no habrá más remedio que dar a conocer que Alba quiere celebrar estos acontecimientos teresianos; queremos que suene Alba. Los vientos traen y llevan estas esperanzas y estas ilusiones; los albenses de tres o cuatro generaciones ansiamos todas estas cosas. Yo, como usted bien sabe, llevo 36 años machacando y propagando este deseo sobre la terminación de la Basílica; el primer artículo que publiqué a este respecto fue el año de 1926; hoy sigo con el mismo entusiasmo y con la misma fe puesta en Dios y [en] la Santa, pero ?repito- siempre respetando y conservando las tradiciones y la inamovilidad de las reliquias de la Santa, porque ?como digo- antes lo considero una profanación.

Me he extendido en mis apreciaciones porque me siento orgulloso del ambiente que se respira en cuanto a las posibilidades de terminar con esa pesadumbre que durante muchos años sufrimos los albenses.

Cuanto me alegra expansionarme con usted, entusiasta también y como albense desea ver sean una realidad estos anhelos del pueblo de Alba.

Perdone la extensión de esta carta, y reciba un fuerte abrazo de su servidor y buen amigo en Santa Teresa, Jaime Briz.

IV

NECROLOGÍA DE ÁLAMO SALAZAR

ANGEL MANUEL LAGUNAS, carmelita Descalzo (18.1.1982)

DESDE PALENCIA CON DOLOR: Por una de esas paradojas de la vida y de la muerte, en el umbral mismo de la Nochebuena, fue arrebatado por ese verdadero torbellino apocalíptico moderno que es el tráfico, Don Antonio Álamo Salazar. Director del DIARIO PALENTINO, cronista oficial de la ciudad y de la ducal villa de Alba de Tormes, autor de libros, conferencias, poeta?, pero sobre estas indiscutibles y valiosas credenciales, dos sobremanera estimables: hombre bueno, a carta cabal, así, sin más arropamientos, que no los necesita, y, teresiano, si los hay.

Decir Antonio Álamo a quien le conociera, era pensar en Teresa de Jesús. Teresa era su Santa, su Señora, la Dama de sus versos y de sus pensamientos. Y, él su servidor, su caballero, su enamorado, su poeta.

Difícil tarea contabilizar los artículos, conferencias y recitales dedicados a la Santa, su Santa. Días antes, muy pocos, de su muerte había ganado un premio teresiano en Tarragona, premio que ya no recogió personalmente.

No fueron pocas las ocasiones, y siempre por Teresa, que demandé su colaboración y ayuda, y ni una sola vez falló el amigo, el periodista, el conferenciante o el poeta, al fin el teresiano. Y no sólo estaba al punto sino que daba la impresión de estar desocupado (!). Tal era su afán por complacer y su entusiasmo por la Santa. Alguna vez me dijo, sonriente: "Ay, amigo, con Teresa hemos topado!".

Mucho lo voy a echar ?lo estoy echando- de menos en este Centenario. Al frío y al filo de la carretera, de una noche de diciembre, en la antesala de la Nochebuena, quedaron prendidos, hilvanados mil proyectos, compromisos que no podrá, y, bien a su pesar (?), cumplir.

Con ella, con Teresa, se fue ?invitado, por qué no- a cantarle al Niño sus mejores villancicos y sus nanas.

Descansa ya en el Señor y con Teresa, Antonio.

Manuel Diego Sánchez, carmelita

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