El testimonio de varias mujeres misioneras centra la Vigilia de la Luz con motivo del Domund

La Delegación de Misiones de la Diócesis de Ciudad Rodrigo inició a última hora de la tarde del viernes uno de los fines de semana más importantes del año para ellos, que culminará con el Domingo Mundial de las Misiones (Domund).

El acto de apertura de este fin de semana de actividades -que incluirá una cuestación callejera este sábado por la mañana- fue la clásica Vigilia de la Luz, que este año tuvo como escenario la Iglesia de Cerralbo. La Vigilia fue presidida por el Obispo de la Diócesis Raúl Berzosa, quién estuvo acompañado del párroco de El Sagrario, Ángel Martín Carballo.

La cita se abrió con la lectura del Evangelio y la proyección del corto elaborado este año con motivo del Domund 2017, que tiene como lema Superhéroes. A continuación, se entró en la parte principal de la Vigilia, que fue el testimonio en torno a las misiones ofrecido por 5 mujeres.

Para empezar, intervino la mirobrigense Andrea Alfageme, que como publicamos el pasado lunes, lleva 46 años como misionera en Bolivia, donde a sus 79 años es en la actualidad la más joven de su Comunidad, integrada por tres hermanas. Según apuntó, "sentí que Dios me ofreció un proyecto de vida y decidí aceptarlo".

A continuación, intervino la hermana teresiana Raquel, que ha sido destinada a Ciudad Rodrigo tras estar 25 años en Bolivia y 2 en Argentina. Esta misionera explicó que "me fui con las maletas vacías, pero volví con ellas llenas", añadiendo que en vez de ir ella a evangelizar, "me evangelizaron a mí". En tierras bolivarianas, trabajó especialmente con la mujer campesina, para intentar elevar su autoestima.

La tercera en intervenir fue la hermana de las Misioneras de la Providencia Pilar, que estuvo 5 años en Ciudad Rodrigo antes de pasar 12 años en Bolivia (inicialmente se fue para 3 años), de los que acaba de volver tras ser reclamada de nuevo para estar en Ciudad Rodrigo.

En su estancia en Bolivia estuvo en dos lugares, Sucre, donde las Misioneras tienen un colegio donde se hace "un importante trabajo de promoción humana"; y posteriormente en una zona montañosa, Tarabuco. Allí las Misioneras montaron un comedor que se hizo con una "gran ayuda" de una persona de Ciudad Rodrigo a quién le fue a solicitar directamente colaboración. Esta hermana indicó que "hacen falta vocaciones", pidiéndoles a los padres que sean "generosos".

La siguiente en tomar la palabra fue la más joven, Gema Domínguez, que durante el verano estuvo 15 días en un centro que trabaja con inmigrantes en Ceuta, donde se les prepara para el mundo occidental. En ese centro no hay religión de por medio, sino que se basa en el "intercambio de ideas". De la experiencia, Gema Domínguez subraya que "solo puedo decir cosas buenas; aprendí más de ellos que ellos de mí".

Por último, intervino Mar Manzano, que estuvo durante el verano en Zimbabwe en una misión. En su caso, explicó que también se fue con las maletas vacías "y las he traído a reventar", resaltando que hay tres factores que lo acentúan: "el pisar África, ser madre y maestra".

En su intervención en la Vigilia, apuntó que en Zimbabwe "todos los niños sonríen a cualquier hora", y que "en la fe están a años luz de nosotros, no son cristianos de fin de semana", sino que lo viven intensamente, con ceremonias religiosas que como mínimo duran una hora y media.

Como dinámica especial de la Vigilia, a todos los asistentes se les hizo entrega a la entrada al templo de un papelito con unas alas y una palabra escrita (todas las palabras eran valores). Tras los testimonios misioneros, esos papeles fueron colocados en un mapa, "llenando el mundo de superhéroes". Como cierre de la Vigilia, se leyeron una serie de peticiones, se cantó el Padrenuestro, y Andrea Alfageme hizo entrega a todos los presentes de unas tarjetitas.