PEÑARANDA | La iglesia de las Madres Carmelitas acogía la solemne eucaristía, único festejo tras la suspensión del posterior convite
que quisieron acompañar a la Benemérita en su día grande. Una sentida eucaristía, oficiada por el párroco local Lauren Sevillano, suponía el eje central de la festividad tras la suspensión del tradicional ágape posterior debido a la situación que se mantiene en Cataluña, algo que propiciaba un mayor acompañamiento al cuerpo entre vecinos y visitantes.