Masivo seguimiento a la mejorada versión de ‘La Conjura de Ciudad Rodrigo’

Siguen sin ser actores la mayoría de ellos, pero en la noche del sábado las personas que estuvieron sobre el escenario en la representación de la obra teatral La Conjura de Ciudad Rodrigo dieron un gran salto de calidad respecto a la primera vez que se subieron a las tablas, hace justo un año.

Gracias al hecho de haber tenido esa experiencia de hace un año, en la noche sabatina se notaron menos nervios e imprecisiones, haciendo bueno asimismo el trabajo realizado desde el mes de junio por el director del montaje, Pablo Moreno, que ha venido trabajando intensamente con los actores, muchos de ellos pertenecientes a la Asociación Cultural Rodericus, mientras que otros son habituales de los montajes de La Pasión.

Si Pablo Moreno estuvo en la noche del sábado al frente del espectáculo en la sombra, la que volvió a dar la cara en escena fue la actriz Popy Vegas, que una vez más encandiló al público en su papel de traviesa guía de los hechos históricos que se presentaron en el escenario: la encarnizada lucha por el poder que se vivió en el siglo XIV en Ciudad Rodrigo entre las familias de los Garcilópez de Chaves y los Pacheco.

El montaje de este año se desarrolló en la zona de Bolonia del Paseo Fernando Arrabal, permitiendo un mayor lucimiento general, y brindando por ejemplo la posibilidad de que varios caballos pasasen por delante del escenario en varios momentos. Lo que no faltó respecto al año pasado fue el lanzamiento de flechas hacia el escenario en un punto determinado del espectáculo.

Ese lanzamiento llamó poderosamente la atención al público congregado para seguir la obra. Como el año pasado, hubo un masivo seguimiento, con la diferencia de que este año se podía seguir con mayor facilidad desde más ángulos, incluido desde una amplia grada montada en plena pista de Bolonia. Concluido el montaje, todos sus protagonistas se llevaron un larguísimo aplauso, especialmente Pablo Moreno y Popy Vegas.

Tras unos breves minutos de parón, el espectáculo de la Feria Medieval continuó en las inmediaciones del gran escenario con un espectáculo de fuego a cargo del grupo Black Raven. A su finalización, llegó la hora de realizar un nuevo pasacalles de todos los participantes en la obra desde el Paseo Fernando Arrabal hasta la Plaza del Castillo, pasando por la Rúa del Sol, Plaza Mayor, Sánchez Arjona y Juan Arias.

Una vez en la Plaza del Castillo, y tras unos brevísimos pases de baile de Rodericus y de Black Raven, se pudo disfrutar de la actividad de cierre de la jornada de sábado de la Feria: un monólogo a cargo de Sergio Olvidado, que estuvo caracterizado como el Leproso Pérez para narrar 'cómo era la vida' en la Edad Media, y la suya en particular como leproso.